Una discusión bien personal y de alto vuelo sobre Lady Bird

Lady Bird es tu nuevo role model: Nota 7,0 promedio 7,0.

Por Marcial Parraguez y Paloma Valencia

Greta Gerwig, también conocida como la musa indie del siglo XXI, dejó de estar frente a la pantalla y a partir del éxito que ha cosechado en toda su carrera como actriz caminó a la dirección. Este cambio de rumbo se transformó en un éxito, cosechando nominaciones a importantes premios y ser aplaudida en el circuito de festivales de cine alrededor del mundo.

Lady Bird es su primera obra como directora en solitario, película que también escribió y que probablemente sea nominada a Mejor Guión Original en los Oscars. Previo a esto, protagonizó y coescribió Frances Ha, con el director Noah Baumbach, y ya estábamos esperando a que Greta se pusiera la camiseta de creadora absoluta de un producto visual. Lady Bird es Greta Gerwig, y aunque quizá sea una versión vaga y ficcionalizada de su vida, en cada escena se respira a esta artista.

Paloma: Ya, por fin estamos de acuerdo. A los dos nos gustó la película, pero, ¿Qué piensas exactamente sobre Lady Bird, su protagonista?

Marcial: La película explora la vida de Christine “Lady Bird” McPherson (Saoirse Ronan), la vida diaria de una artista adolescente en transito a la juventud camino a la universidad en un colegio católico que no logra entender del todo su perspectiva de vida.

El nombre Lady Bird, por el que pide que la traten, aunque no lo quieran, se lo dio ella a ella misma, con el argumento: “La gente no cree en Dios, pero deja que les llamen por el nombre que sus padres les dieron”.

Con una personalidad fuerte, decidida, humilde y compasiva se enfrenta a diario a su madre. Aquí es fácil entender, entrar y sentirse parte de la historia. Las relaciones madre-hija son universales, también lo es la obligación de pertenecer junto a tu familia pese a las diferencias de opiniones. Tener que resistir a los mandatos paternales. Una serie de presiones a las que cualquier adolescente se debe enfrentar a diario en cualquier familia, de cualquier clase social, eso es lo universal.

P: ¿Qué eso “universal” a lo que haces referencia?

M: Se exploran temáticas de clase que están fuertemente relacionadas a lo difícil que es perseguir tus sueños, aquellas cosas que te hacen creer en ti y en lo que quieres de una manera tan natural y verdadera, que dificultan el no sentirse parte o reconocer alguna de estas situaciones en el desarrollo de tu vida.

Seguir los sueños para entrar a la universidad cuando eres parte de una familia de clase media, madre enfermera y padre recién despedido que busca un trabajo para poder ayudar a mantener a la familia, puede ser bastante complicado. No estamos hablando de una joven que no tiene seguridad en lo que quiere y que se va de vacaciones al sudeste asiático para encontrarse a si misma, o que tiene las mejores calificaciones y ofertas académicas para poder irse a recorrer Estados Unidos en búsqueda de la universidad que mejor la represente.

Es una chica regular, de pocos ingresos que quiere irse de su casa y encontrar su espacio en un mundo que le ofrezca cultura, arte, recompensas por los esfuerzos que debe sopesar, como tener dos trabajos mientras estudia y no le alcanza el tiempo para nada más, o perder la virginidad de la última manera que hubiese esperado perderla.

P: Los dos dijimos al mismo tiempo que la mamá de Lady Bird se parecía a la nuestra, ¿Por qué piensas eso de tu relación con tu madre?

M: A escondidas de su autoritaria madre postula a diferentes universidades que la rechazan. No quiere estudiar en una centro educacional católico, quiere probar suerte en el mundo de las artes, del teatro, de la expresión corporal. En una de todas queda en lista de espera, lo que significa un rayo de luz en el cuarto oscuro que resultaba abrir cada carta con un rechazo. Ahora lo que sigue es tener que contarle a su mamá (Laurie Metcalf).

En el entre tanto la vemos enamorarse. Escribir el nombre de aquellos chicos por los que su corazón se empachó de amor en la muralla que deslinda con la cabecera de su cama e ir rayando aquellos con los que no funcionó.

Uno de los temas que nadie puede dejar pasar por alto en la ciudad de Sacramento, California, Estados Unidos del 2002-2003 es salir del clóset. Qué difícil era para los jóvenes en los tempranos dosmiles poder sentirse quiénes eran ellos.

Su madre siempre está presente, ya sea entre gritos, malos tratos, entregando su amor. De cualquier forma siempre estuvo ahí, desde el odio que nos provocaba verla en pantalla ser tan limítrofe sobre las libertades que entregaba a su hija, hasta llorar por su partida. Era una madre que hacía todo lo que podía con los recursos que manejaba. Por eso se parece a la mía.

Marcial: ¿Por qué se parece a la tuya?

P: Durante mucho tiempo creí que mi madre estaba insatisfecha con la hija que tuvo. Aunque me amara incondicionalmente, precisamente a la misma edad en la que está retratada Lady Bird, sentía que no le caía bien en lo absoluto y lo peor es que era mutuo. Ambas nos juzgábamos mutuamente, nos tratábamos en duros términos y fuimos por mucho tiempo nuestras peores enemigas.

Cuando la mamá la va a dejar al aeropuerto y ella no quiere bajarse del auto a despedir a su hija, para luego manejar por la carretera de vuelta a casa llorando desesperada, pude imaginar esos días y esas noches en las que mi madre dijo que pasó llorando cuando me vine a estudiar a Santiago. Esos meses en los que no tenía con quien hablar, porque las otras personas que la rodeaban eran niños y hombres. Fue revivir una decisión que se toma con firmeza, pero a la ligera, al estudiar lejos del hogar y construir una nueva vida lejos de tu familia, que aunque no te caigan bien muchas veces y no tienes obligación por qué tampoco de sentirse a gusto en situaciones que no fueron de tu elección, la sangre tira.

La misma revelación que Lady Bird, es decir Christine, tuvo en New York luego de intoxicarse con alcohol no pasa de la noche a la mañana. Eso es lo peligroso de la ficción: el tiempo que se muestra no es real, tu vida no se puede resumir a una hora y media de hermosos fotográmas. Ese momento puede pasar 5, 10, 20 años después de volar el nido y es uno que te desgarra por completo. También, te hace crecer como ninguna otra cosa puede; es agachar el moño y reconocer que aquellas personas que ayudaron a convertirte en la persona que eres hoy son importantes. Y es bueno agradecer de vez en cuando.

M: ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?

P: La moda de hoy es negar la existencia de un Dios, renegar de la posibilidad de que exista gente que crea en algo o alguien, porque la ley es ser ateo o agnóstico. Tampoco se trata de ser fanático religioso y eso se da muy naturalmente en la película, ya que Lady Bird asiste a un colegio católico en Sacramento, donde van todos los días a misa y sus clases son realizadas por curas y monjas.

Lady Bird cree en Dios. Cree en la religión católica. Nunca la ha cuestionado, pero si es capaz de cuestionar a sus padres y su hermano y sus motivaciones. Dios no es omnipresente ni castigador, Dios acompaña a una joven que está entrando en la adultez como una especie de lugar conocido al que siempre puede volver. Ya sea en Sacramento o en New York, Dios para Christine es el viejo amigo al que siempre puedes llamar cuando estás triste y quieres desahogarte.

Otra de las cosas que me llamó la atención es lo estúpidamente perfecto que es el soundtrack. Greta le envió cartas personalizadas a todas los artistas de los que utilizó su música, un gesto en extremo tierno de su parte y que demuestra lo fangirl que es, tal y cual somos muchos de nosotros. Mención especial: el momento en que tocan “Cry Me A River” de Justin Timberlake en una fiesta adolescente, donde Lady Bird y su objeto de deseo se besan por primera vez. Simplemente perfecto.

M: ¿Qué opinas de la relación con su mejor amiga?

P: Todos fuimos Julie (Beanie Feldstein) y todos fuimos Lady Bird alguna vez. En algún punto de nuestras vidas, decidimos invertir más tiempo en otras relaciones amistosas y dejamos en stand by a otras más seguras, solo por la necesidad de explorar otros mundos, sin pensar en lo que ese amigo puede estar pasando. También hemos estado en el lado contrario, donde ese amigo se alejó de nosotros para pasar tiempo con otra gente, la cual no te cae bien, y deja de aparecer tan seguido en tu vida.

Y siempre puede existir el momento del reencuentro. El “mal amigo” reflexiona y busca la amistad del otro; de este depende salvar o no la relación. A veces pasa que te reciben con los brazos abiertos en momentos sumamente vulnerables y te ayudan a salir de ese lugar feo. Te ponen en un vestido de gala, bailan apretados toda la nocha contigo y se sacan la foto más perfecta de la fiesta. Son la mejor compañía para el otro, y aunque el tiempo juntos se vea limitado por ir a la universidad en la parte opuesta del país, disfrutan del momento juntos. Bros before hoes, siempre.

Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *