Wade Robson y James Safechuck fueron dos niños situados en el lugar y a la hora incorrecta. Como en el mejor thriller policial, un amigo todopoderoso iniciaba con ellos un perverso y largo recorrido contrahecho de amistad. ¿Y cómo no caer rendido? Si un semidiós abandonaba la estelaridad para compartir el desayuno -y la vida- con dos típicas familias de clase media norteamericana.
Demasiado increíble para ser cierto. Pero pasó. Y esta vez no estuvo guionizado.
O si, en realidad hubo un titiritero maestro, uno que cursó una metamorfosis en drag a lo largo de su carrera.
“Leaving Neverland” es producida por HBO y dirigida por Dan Reed (Quien viene de hacer en 2014 “The Paedophile Hunter” para la televisión británica). Acá, su reciente, emotivo y desgarrador trabajo, se vale de un extenso collage de cartas, faxes, videos caseros y mensajes de contestadora telefónica para armar una cartografía del delito y de la simulación en los tempranos años noventa.
Mentir, omitir, evadir. Así funcionaba la maquinación.
Es un armazón pop en el sentido más Warholesco. Para abarcar con propiedad a un fenómeno de la misma naturaleza mediática.
Y la evidencia es concluyente. Acaso la primera voz contundente de un artefacto de Pandora esperando otras cajas para descorrer el tupido velo. Son dos entregas de dos horas cada una y el material es feroz. Aturde, aterra, angustia. Ahí están las fracturas expuestas de los lazos familiares arrasados, las heridas sin coagular, los secretos cortando la respiración y la imposibilidad de confesar todo por la culpa. Esa deslealtad amarga de traicionar a tu mejor amigo fue lo que truncó todo por años.
Una historia criminal americana (¿Posible material para una temporada futura de Ryan Murphy?) que disecciona el instinto y las lenguas de un depredador infantil llamado Michael Jackson. O todas las caras del rey del pop; de niño torturado, a ídolo de masas, a filántropo dadivoso, a fundador de Neverland. Esa trampa de relojería ejecutada para encantar a sus víctimas y a sus familiares.
Es ese rancho el que hoy puede leerse como una escenografía histérica, demasiado obvia en su inocencia y felicidad 24/7. Un set visto en su tiempo como una idílica extensión de Disneyworld.
El relato compuesto por Reed peca de horizontal, si. Pero irónicamente se enlaza con la verticalidad de las relaciones perpetradas por MJ. Estructuras de control y manipulación dejando en un vis a vis la pobreza occidental de nuestra educación sentimental y sexual. Territorios donde la pedofilia y otros agravios son los últimos tabues culturales oponiendo resistencia en su derrocamiento. Porque un asalto a un mito del pop contemporáneo, también requiere de deconstrucción por parte de sus seguidores.
“Cuento de hadas” es la comparación más sonada entre los entrevistados. ¿Pero hasta dónde se permite ser ingenuo cuando eres adulto? – Y sobre todo cuando eres padre- ¿Cuanto de arribismo y de sueños frustrados empujó esa ceguera?
Y bueno, nos queda el problema con su majestad. ¿Qué se hace ahora con el rey del pop? ¿Disociamos la obra de su autor? ¿Se puede? ¿Seremos capaces?
Estos son los horarios de estreno por HBO:
Sábado 16 de marzo: 20 horas
Domingo 17 de marzo: 20 horas.