De 19 diputadas, con la nueva Ley de Cuotas ahora pasamos a tener 35. Pero esto no necesariamente significa que los derechos de las mujeres estén mejor representados.
Hay mucho de histórico en el 19 de noviembre de 2017.
Por primera vez, los chilenos que viven en el extranjero, en más de 60 países, pudieron votar.
El Frente Amplio, coalición política de izquierda que fue fundado hace menos de un año, consiguió 20 escaños parlamentarios y un senador, y con Beatriz Sánchez a la cabeza lograron captar el 20,27% de los votos, con un 1.336.622 de ellos, de las elecciones presidenciales. A pesar de quedar en tercer lugar, dando paso a Sebastián Piñera y Alejandro Guillier como las opciones para liderar Chile desde 2018, le logró romper la mano a las encuestas que estimaban un porcentaje mucho menor y cuya diferencia con el segundo lugar de casi 160 mil votos es algo que ni los más creyentes de su misión creían.
A todo esto se le agrega un nuevo dato: en 2018 habrán más diputadas que en toda la historia del Congreso chileno. O sea, esto quiere decir que nunca en la historia había habido tantas diputadas juntas en el Parlamento. Todo esto fue posible gracias a la llamada Ley de cuotas, que obligó a cada lista a incluir un máximo de 60% de candidatos del mismo género.
Conociendo a la política androcentrista en la que se mueve el país, las probabilidades de que una lista presente el escenario contrario (más mujeres que hombres) es imposible, las mujeres aseguraron un mínimo de 40% en las listas. Y resultó, ya que de una inscripción de 41,3% de mujeres al Congreso, en ambas cámaras existirá un 22,7% de ellas.
A 2017, la cantidad de mujeres senadoras eran 6 de 38 (15,8%) y para el próximo año se esperan 10 de 43, equivalente al 23,2%. Debido a que las elecciones de 2017 correspondían a circunscripciones senatoriales impares y que se implementó el nuevo método matemático D’Hondt, donde prevalece la proporcionalidad de escaños, que pretenderá llegar a 50 senadores en 2022, este número no creció tan explosivamente.
Por números, lo que más se celebró es la representación femenina en la Cámara Baja. De los 155 puestos disponibles para diputados, 35 serán ocupados por mujeres (22,5%), un aumento radical a las 19 que existen en 2017 (15,83%).
Ahora, el escenario menos amable. Resulta que, como todos somos libres de creer en lo que queramos y adscribir a cualquier color político, Renovación Nacional es el partido que más mujeres llevará al Congreso, con un total de 10. De ellas, Paulina Nuñez y Marcela Sabat fueron a la reelección y ganaron. Nuñez, durante la discusión del aborto en tres causales votó en contra de la ahora ley, y Sabat decidió hacer un pareo con Pedro Browne, diputado por el ex distrito 28 hoy nª 13, católico y de derecha, para no votar en caso de que uno de ellos falte. Es decir, quitarle votos a la aprobación de la ley.
A esas mujeres, que no parece importarles los derechos reproductivos de la mujer, se le suman Sofía Cid, Camila Flores, Érika Olivera, Catalina del Real, Karin Luck, Ximena Ossandón , Francesca Muñoz y Aracely Leuquén. ¿Quién nos asegura que estas mujeres votarán por los derechos de otras pares, de los miembros de la comunidad LGBTIQ+ o la educación?
La Unión Demócrata Independiente (UDI), mucho más radical en su pensamiento de derecha que RN, obtuvo tres diputadas y tres senadoras, lo que no augura el más positivo de los escenario para los cambios sociales que se requerirán para el futuro, siempre y cuando la derecha de Piñera no llegue a La Moneda.
En el territorio gris también están las nuevas senadoras DC Yasna Provoste, en Atacama, y Ximena Rincón, en el Maule, ambas ministras de Bachelet, que podrían ser de la división menos conservadora de la Democracia Cristiana. Evópoli, partido de centro derecha liderado por el senador electo por La Araucanía Felipe Kast, logró conseguir una diputada y una senadora. Según lineamientos del partido, Evópoli es pro todo, menos el aborto, el que deja a elección de cada parlamentario si votar en contra o no, casi como una objeción política. Nadie sabe para quien trabaja.
La izquierda de la Nueva Mayoría también estará presente en el nuevo período 2018-2022, tibia, un poco amarilla pero lista para votar a favor de los cambios sociales en la mayoría de los casos. El PPD llevará a la Cámara Baja a cuatro mujeres en total, además de una senadora electa en esta pasada que se suma a Adriana Muñoz que ya está en el Congreso. El Partido Socialista tendrá a Isabel Allende como senadora, además de cuatro diputadas. El PC, en tanto, tendrá a tres diputadas, repitiéndose el plato Carol Cariola y Camila Vallejo, y el Partido Radical seguirá con Marcela Hernando como diputada.
Es importante seguir destacando la labor del Frente Amplio, el que hasta la BBC consideró como la fuerza política que dio la sorpresa, tendrá a sus diputadas en los sillones del Congreso. Revolución Democrática tendrá cuatra mujeres, más el Partido Humanista con Pamela Jiles, férrea periodista abocada a los derechos LGBTIQ+.
Como vieron, no todo está perdido, pero no por haber más mujeres éste país mágicamente va a pasar a ser la nación que todas las mujeres del mundo querrán vivir, porque, recordemos, el aborto sigue no siendo libre.
Y al menos no salió diputada Loreto Letelier.