Por Camilo Pérez Alveal

La Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, recibió ayer a María Pía Adriasola, quien sabe por qué, de hecho sería bueno que alguien explique por qué, aparte de por ser la esposa de José Antonio Kast (porque francamente su fundación Cuide Chile no digamos que posee demasiado prestigio). La abogada expuso para objetar algunos puntos sobre un proyecto que establece bases para la educación afectiva y sexual de niños, niñas y adolescentes en los establecimientos educacionales.

Dentro de su conservadora exposición, la militante del Partido Republicano hizo un repaso por las distintas políticas estatales que se han desarrollado sobre el tema en nuestro país. Por supuesto que cualquier atisbo progresista fue denostado. Desde las campañas de uso del condón, hasta el feminismo fueron parte de su crítica. Incluso dijo que por las campañas de educación sexual los niños, niñas y adolescentes habían naturalizado los abusos y violaciones de los adultos. Obviamente no nombró los abusos de los curas y los encubrimientos de la iglesia.

Para finalizar su intervención, dejó una frase para el bronce. Se le ocurrió decir que “el sexo es verdaderamente seguro cuando no se ejerce”. Al margen de las burlas que pueda generar dicha frase o del escozor que provoca pensar en que el sexo se ejerce en su concepción de la sexualidad, lo realmente peligroso de lo dicho en toda su ponencia es la naturalización de la ignorancia.

La abogada se sienta en la comisión de educación ante quienes tienen el deber de redactar las leyes y realiza una exposición absolutamente carente de conocimiento técnico, totalmente inundada de un conservadurismo retrógrado con una buena dosis de fanatismo religioso. Lo que hace Adriasola es utilizar el tiempo de quienes deben legislar y les da un sermón de iglesia católica, algo incomprensible en un Estado laico.

Con qué derecho, con qué conocimientos más que su fanatismo, llega al Parlamente de Chile a decir esas mentiras y atrocidades. ¿Cuáles son sus fundamentos científicos? Detengamonos a pensar que estamos en un país donde las cifras de VIH-Sida se han disparado explosivamente y nadie con la cabeza bien puesta puede creer que menos educación sexual va a ayudar a que eso disminuya.

La intervención tiene un objetivo directo, y no es la mejora de una ley, por cierto que no. Nadie, ni la gente de la UDI tomó en serio lo que decía Adriasola. Lo que hace la abogada es dejar un mensaje claro, un mensaje para sus hooligans que esperan imponer sus ideas añejas a una sociedad que los pasó hace rato por el lado. Lo que hacen Adriasola y Kast es polarizar al máximo la situación, tirar la red y esperar a cualquier pez que le haga un poco de sentido lo que dicen, sin importar que en esa pesca dejen profundas heridas en una sociedad que históricamente ha sido pisoteada por los conservadores como ellos.