La serie basada en las vivencias experimentadas por la verdadera Piper Chapman se transformó en el trampolín que llevó a Netflix hacia el estrellato. Fue una serie cruda, sensible y con un humor negro difícil de obviar creando una empatía sin precedentes dentro de la amalgama existente respecto a las producciones audiovisuales de hoy en día.

Sin embargo, tras tres primeras temporadas, la serie declinó causando decepciones entre sus fans más leales que decidieron abandonar orange, y desde entonces, la producción se ha dedicado a darle a sus seguidores lo que quieren.

Esta es una temporada de cierres, reencuentros y mucho drama. El arco de los personajes tiene giros completamente inesperados y que no te dejarán indiferente, incluso se eres parte de los apóstatas que dejaron de seguir los acontecimientos de la prisión de Litchfield.

Por un lado tenemos a Piper tratando de habituarse a su vida fuera de prisión y la dualidad que deberá vivir con Alex, cuyos planes han cambiado tras verse sola. Pero sabemos que la gracia de esta producción tiene que ver con sus personajes secundarios, presentando giros completamente inesperados para los más queridos y frustraciones al no quedar conformes con el destino de otros (porque así es la vida entro del sistema penitenciario y Orange nos lo recuerda).

Pero como prometimos un adelanto sin spoilers, déjate caer este fin de semana sobre tu sillón para despedirte de esta serie (que mirando en retrospectiva, cuesta mucho decirle adiós)