El año pasado recordé que escribí una guía por los programas chatarras más adictivos del mundo y olvidé por completo los biopics de Lifetime, canal de televisión por cable que nos ha entregado un catálogo memorable de horas de vergüenza ajena.

Es tanto el material que nos entrega Lifetime que necesitamos explicar por qué es imposible dejar de ver su programación deficiente nacida para satisfacer los gustos de personas procrastinadoras alrededor del mundo. Después de todo, el canal parece creado para desilusionar cada vez más a una audiencia que permanece pendiente de sus shows con guiones escritos en 20 minutos.

Desde su página web, Lifetime -disponible desde el año 2014 para reemplazar a The Biography Channel- se presenta sí mismo como un canal que redefine las tendencias de contenido para la mujer, con shows de TV audaces, como Dance Moms, La Gran Competencia, Las Brujas de East End y películas de producción original, con historias profundas, que te harán sentir identificada  

Desde ahí todo mal. Pero en esta oportunidad y como la idea no es hacer bullying a un canal que tanto nos ha dado y dañado intelectualmente con su programación, nos centraremos en las recreaciones que hace en torno a la figura de famosos como Whitney Houston y Britney Spears.

Partiré por la última: Britney Spears no ha cumplido 40 años y ha vivido unas 6 o 7 vidas. En todas ellas hemos sido espectadores y si bien podemos no ser sus fans, tenemos claro que la frase “si Britney pudo superar el 2007 tu puedes superar este día” es real.

Bueno, teniendo esto clarísimo, Lifetime decidió recrear la historia de su vida haciendo que nos preguntemos si era realmente necesario. La actriz que encarna a Britney no se parece en nada a ella. Las actuaciones son dignas de cualquier recreación que vemos a diario por televisión nacional y se nota que no hubo presupuesto para contratar extras.

“Britney” rapándose /Créditos: Access Hollywood

El canal -que se presenta a sí mismo como uno de nicho femenino- presenta a la joven Britney Spears como una chica dependiente de los hombres que enloqueció luego de su ruptura con Justin Timberlake. La escena cuando se rapa el cabello y golpea a los paparazzi con un paraguas es notable por la sobreactuación del asunto. Si las nuevas generaciones que todavía no habían nacido para el momento en que Toxic salió a la luz vieran este “documental”, deducirían que la artista simplemente tuvo una motivación para alcanzar sus sueños y esa era netamente tener un novio…lo cual no es un buen mensaje. Menos para su público objetivo.

El problema de la falta de música por motivos de derechos de autor se repitió en el biopic de la cantante Aaliyah, que murió trágicamente a los 22 años en un accidente de avión cuando terminaba de grabar un videoclip en las Bahamas a finales del año 2001.

Si bien la actriz se “parece un poco” a la cantante, el hecho de no poder escuchar una sola canción de la llamada reina del R&B es decepcionante, pero esto no impide que Lifetime realice una recreación de su vida. De hecho, tal como sucede con Britney Ever After, la película sobre la cantante se centra en su relación con R-Kelly, que en ese entonces tenía 29 años y Aaliyah tan solo 15 (recordemos que R-kelly enfrenta cargos por abuso de menores de edad y producción de material pornográfico infantil)

Pero el canal no solo se encarga de destrozar el legado musical de reconocidas estrellas pop. También incursiona plasmando la vida de actrices que (adivinen) también cuentan con un historial de vida tortuoso gracias a sus malas elecciones amorosas (línea predilecta de Lifetime)

Lifetime le debe la vida a Lindsay Lohan. Fue ella quien los puso en la palestra luego de aceptar el rol de Elizabeth Taylor para el biopic sobre su vida. Según señalaron los productores, la elección de Lohan -que en ese minuto vivía con diversas adicciones y había pasado por la cárcel tres veces- era para poner a tono a las nuevas generaciones con la figura de Taylor.

Las expectativas fueron bajas y se cumplieron. Sin embargo, la producción hasta el momento ha sido una de las más vistas en el canal con 3.5 millones de espectadores y logró que se mantuviese la tendencia de realizar más y más biopics además de entregarle a Lohan una oportunidad para redimirse.

Pero muchas de las recreaciones son innecesarias además de ser completamente displicentes a la hora de elegir un casting. Vamos Lifetime, la gente famosa tiene un montón de dobles que se gana la vida personificando a sus ídolos ¿por qué cuesta tanto entonces elegir a alguien que pueda personificar a un famoso?

El caso de la actriz Brittany Murphy fue uno que dejó a todos con las manos en la cabeza.

Se aprecia el intento actrices primerizas de personificar a colegas con una vida confusa, pero en este caso particular, el efecto Lifetime se deja entrever con fuerza: la actriz no se parece en nada, se centra en los confusos incidentes que llevaron a la muerte de Murphy por causas que nunca fueron bien esclarecidas y los tintes policiales de la película hacen que nos preguntemos si nos equivocamos de canal y estamos en Investigation Discovery.

A la izquierda, Amanda Fuller interpretando a Brittany Murphy /Créditos de Wetpaint.com

Finalmente, podemos concluir que las producciones de Lifetime son innecesarias, insolentes y bordean lo misógino al mostrarle a su público objetivo que a pesar de tener todo en la vida, ninguna de estas mujeres poderosas pudo ser feliz por la falta de un hombre que las amase como corresponde.

Pero el hecho de que sean películas tan malas es lo que nos mantiene pendientes. De hecho, el gusto por odiar hace que amemos ver producciones tan deficientes para descargar nuestra ira en Twitter con personas que se sienten igualmente ofendidas.

Lifetime lo tiene muy claro: el encender la llama que ofende a un fandom de millones de personas es mucho mejor que la indiferencia, y por esta razón siguen con sus biopics que tanto amamos odiar. Pero tranquilos, la gente olvida rápido y estas películas son tan inverosímiles que no aguantarán el paso del tiempo, pero cuidado Katy Perry: todo indica que eres la próxima.