En 2008, en plena revolución pingüina, Sepúlveda se hizo conocida por tirarle un jarro de agua a la entonces ministra de educación, Mónica Jiménez. La niña que cursaba primero medio quedó cancelada del liceo Darío Salas y fue vetada en la comuna de Santiago. Hoy tiene 27 años, mira para atrás y recuerda ese caótico día, del que no se arrepiente. También agrega que no cree en el sistema, pero por primera vez votó y lo hizo por Gabriel Boric. Aquí reflexiona sobre la democracia, pero se mantiene fiel a su estilo.

María Música Sepúlveda (27) trabaja atendiendo un puesto de ropa en una feria de Santiago. Cuando una clienta dice que le paga por transferencia, ella da su nombre y la compradora la mira con cierta suspicacia. Intenta reconocerla. La joven le sonríe de vuelta con mucha amabilidad. Con rastas en el pelo, María conserva la misma cara, pero a diferencia de cómo la vimos en televisión en 2008, aproblemada, seria, ahora está alegre.

¿Te gusta tu nombre?

“Sí. En realidad me llamo María Música Isckra. Esos nombres me los puso mi mamá. Y después el María, por una abuelita”.

De vuelta en ese año, la ex estudiante del Liceo Darío Salas dice que le cuesta recordar ese momento que quedó inmortalizado por la prensa porque le genera angustia. Fue para las vacaciones de invierno y ella era una de las pocas que asistió a la toma de su colegio. Ese día también fue a una asamblea donde la ex ministra Mónica Jiménez iba a conversar con profesores jubilados sobre la deuda histórica. Y, por supuesto, también iban a estar los estudiantes con sus petitorios. 

Sepúlveda cuenta que para ella, en ese momento, las mesas de diálogo eran sólo una medida para dilatar más las cosas. “El gobierno sabía lo que pedíamos ¿Qué tanto había que hablar?”. El jarrón con agua no fue premeditado. Sólo pasó. “Hoy lo veo con distancia y pienso que el agua es vida y lo encuentro simbólico”. En esa instancia, Sepúlveda aprovechó de encarar a la jefa de cartera sobre la detención a estudiantes en las protestas.

Lo que vino después para ella fue caos. Lo que supimos todos es que le cancelaron la matrícula y en sus propias palabras: la vetaron de la comuna. Su mamá, quien la acompañó en televisión abierta en varias entrevistas, se quedó sin trabajo.

Video del 2008 titulado “Música libre”

“No me parece que esto le haga bien a la democracia de nuestro país”, dijo la presidenta Bachelet en televisión. Música contraatacó: “Yo le respondo a ella que si cree que la mejor manera de educar es reprimirnos en las calles y poner una ley que avale el lucro”. La niña no pidió perdón. “¿Ella (Bachelet) ha pedido disculpas públicas porque se nos ha mojado, golpeado y se nos ha tenido más de trece horas dentro de una comisaría?”, lanzó. 

“Al final di exámenes libres, me aburrí del sistema educativo, era una jornada muy extensa en la que perdía mucho tiempo haciendo tareas tediosas y sentía que ese mismo tiempo lo podía aprovechar mejor. Di segundo en un colegio, pero tercero y cuarto no”

¿Te fue bien?

“Sí, pude estudiar a mi ritmo, prepararme para la PSU,  porque en la escuela perdía el tiempo. Estar ahí, cantar el himno nacional, tener que rezar, e incluso con una mala alimentación: que te den atún en lata cuando tienes un país con una costa tan grande. ¿Cómo quieren que pensemos bien si comemos tan mal?”.

Finalmente Sepúlveda estudió ingeniería de alimentos, pero no se tituló. Dijo que no quería dedicarle su vida a trabajar para grandes empresas de alimentos que “no piensan en nosotros’‘. Empezó a aprender sobre alimentación saludable, cannabis y cosmética natural. Incluso hace talleres sobre la materia. También vende ropa arriba de una moto que parece del futuro: techada con paneles solares que ella misma construyó, estos le dan vida al motor sustentable. 

¿Por qué ningún dirigente de los pingüinos hoy sobresale en la política?

“Porque los mismos partidos políticos callaron a los que estaban ahí. Es muy difícil sostener una dirigencia. El acoso es brígido. Todo tu proyecto de vida se tiene que postergar si quieres seguir una carrera política. Nosotros no fuimos corrompidos”

Para estas elecciones, un millennial y ex dirigente estudiantil, como ella, llegó a la presidencia. Uno se podría imaginar que Música está emocionada, pero no tanto.

¿Votaste?

“Sí. Es la primera vez que voté para unas presidenciales. Y voté por Boric. Es súper cuático porque el presidente me tiene que haber visto en las noticias y yo también lo vi en las noticias (se toma una pausa) Yo tengo buena memoria para algunas cosas y hay cosas me quedaron grabadas en el corazón, como cuando lo vi por primera vez y me dolió mucho. Yo sentí que no había hecho tanto como para tener una plataforma que a nosotros nos costó conseguir. Creo que para él las cosas fueron más fáciles porque viene de un origen de élite, aunque sea de provincia”.

“A mi parecer la gente que no vota, no vota porque sabe que sigue siendo la élite, no les compran. Uno ve que es el mismo sistema. Yo esta vez tuve que votar por Boric (ríe) Todos los que quisieron votar, tuvieron que hacerlo por él, no porque les gustara, sino porque no queríamos que saliera el otro candidato”.

¿No crees que es un poco distinto a los anteriores?

“Hay que reconocer que Frente Amplio ha hecho un trabajo, de todas maneras pero … (se toma una pausa) Mira, Bachelet era la primera presidenta mujer y le dieron cualquier color, por no ocupar muchas palabras. Me acuerdo que todos querían votar por Bachelet y en su gobierno ocurrieron atrocidades”.

Pero también tuvimos cosas buenas: la gratuidad, por ejemplo. 

Tampoco es tan así. Es una beca que se va reduciendo y no piensan en que, finalmente, si uno no tiene plata anda entero cagao de hambre y vas a entender menos que el que lleva una buena colación. El Menú Junaeb no alcanza tampoco, yo lo digo porque lo sé, lo racionaba y no me alcanzaba. Me tenía que tomar un té verde y una fajita al almuerzo para que me durara todo el mes. Las cosas están mal pensadas”.

¿Viste el discurso presidencial?

“No”.

¿Lo has escuchado hablar?

“Sí”.

¿Crees en sus buenas intenciones?

“En política las palabras se las lleva el viento, entonces lo que dijo hoy no es quizás lo que va a decir mañana, no tiene peso para mi. Quizás en la historia quedará el discurso del primer presidente joven, pero para mí no tiene importancia”.

Pero te escucho y me quedo triste porque siento que no hay futuro.

“Hay más futuro que pasado (ríe) Yo le presto atención a las cosas que me importan, como los discursos que dan los dirigentes de la feria. Le doy importancia porque ese es mi nicho ecológico, como decía Maturana. desde ahí tengo que ser. Para mi él no es alguien cercano. Está bien, lo logró. Wow”.

¿Qué postura deberían tomar los chilenos para proteger la democracia?

“Hay que dejar de esperar tanto de los gobiernos y organizarse territorialmente. Que el gobierno haga lo suyo y las personas comunes y corrientes generen su propia política para poder hacer una cosa grande en conjunto. En La Moneda se habla de democracia, pero nosotros no hablamos el mismo lenguaje. Es vertical, hay una dominación, que le llamen como quieran, la gente ya no se traga ese menjunje.

¿Me podrías dar tres ejemplos de organizaciones territoriales?

“(Hace una pausa para pensar) Bibliotecas populares, preuniversitarios populares y muchos huertos. Eso es hermoso porque salieron de las necesidades de los territorios que se dieron cuenta que los alimentos son una mierda porque no tienes acceso y porque conectarte con la tierra es una necesidad vital en la salud y eso no está contemplado en la democracia, entonces si no te las ingenias, nadie lo va a hacer. No tenemos que pedirle al gobierno, tenemos que actuar”

Para entender mejor, ¿Los centros de estudiantes y las juntas de vecinos cuentan como organización territorial?

“No, porque dependen de una institución. Y ahí siempre llegan los partidos”

Después, Sepúlveda remata diciendo que esta elección, por una cosa de cifra, la ganaron los que no votaron. Le pido que me explique. “Son el mayor porcentaje de personas que hay porque están claras, entonces que las ridiculicen en los medios es triste porque son mayoría en el padrón. Y si no se escucha a la mayoría que está diciendo que algo malo pasa, se está ejerciendo violencia porque se está negando su existencia. ¿Cómo nadie va a parar un rato para preguntarse qué se está haciendo mal?”, dice.