Por Hernán Melgarejo
Jaime James es argentino, tiene 24 años y es hijo de dos muy reconocidos directores teatrales de Argentina. Pero en la escena musical trasandina, Jaime James tiene un nombre propio y es mucho más que la sombra de sus padres: ese nombre es Louta, y se presentará este 4 de mayo en Chile en el próximo Fauna Otoño junto a Lauryn Hill, The Drums y The Internet.
Louta como artista tiene dos discos, el primero homónimo de 2016, y Enchastre, de 2018, donde se escuchan desde trap, funk brazuca y dubstep hasta pop rock y electropop. Para Louta los estilos son herramientas o ingredientes para lograr un objetivo mayor: sacudir el planeta con su música y sus shows en vivo, repletos de perfomances y elementos teatrales.
La carrera musical de Louta ha sido meteórica y reciente. Su historia no es la típica del niño que descubre su afición por un instrumento desde pequeño y sueña toda la vida con ser músico, ni la del tipo al que le costó años salir del underground. ·No sabía lo que quería hacer yo. Un poco por tener papás artistas quería ser artista. Me gustó mucho la filosofía, la sociología y después un poco salí artista sin querer queriendo”, cuenta.
Pero hay un primer precedente musical en su carrera: una canción infantil llamada Don Mateo, oficialmente su primer hit. “A los 10 años compuse un tema llamado Don Mateo que sale en el disco Piojos y Piojitos que es un disco de nenes bastante conocido en Argentina. La canción estaba buena. Esa fue la primera canción. Y desde ahí hasta el primer disco de Louta no hice nada”.
Aunque nada es una exageración. Jaime James fue DJ de música electrónica y hasta produjo sus propias fiestas, como BRESH, muy conocida en la escena trasandina.
También, como casi todo adolescente, se deprimió.
“A los 18 años me fui a Europa más que a probar suerte como DJ a escaparme de la realidad. Lo que me pasó es que toda mi vida supe que quería ser algo, que quería tener un proyecto, que quería mover las cosas. Pero cuando terminé la secundaria y me fui de viaje y me encontré con que en la realidad el que tiene que hacer las cosas es uno. No es que haya un planeta preparado para que vos llegues y digas esto es lo que es mío y te lo lleves. Sino que hay que luchar. Esa realidad me pegó de frente y me costó dar esos primeros pasos y explicar a los demás qué es lo que quería hacer, aunque yo lo sabía”.
Y lo que quería James a esa altura de su vida era algo muy claro: grabar un disco. “En las fiestas me puse a pasar temas populares. Y eso fue un clic que me ayudó a conectarme con el formato de canción, que nunca había sido tan fanático de eso. Y me entraron ganas de hacer un disco. Y cuando dije que quería sacar un disco todo se redujo a eso: a tener que ganar en ese objetivo”.
De esa decisión firme que tomó a los 22 años y que anotó en un papel para materializarla, nace Louta, su alter ego. Y nacen todas sus composiciones.
“La decisión va primero que las condiciones. Es como un poeta que escribe en su cuarto, pero el día en que dice voy a publicar 15 poesías, por ahí escribe 15 poesías mucho mejores de las que había hecho antes. Porque aparece otra necesidad en su vida, y su vida escucha la necesidad que le está planteando”, cuenta James.
Así nace el proyecto Louta, que lo ha llevado a ser catalogado como el “niño maravilla” de la música Argentina.
“El nombre es como una marca”, explica el argentino. Pero detrás de la marca hay una idea más profunda: “Hay algo de energía concentrada que explota. Hay algo de las ganas que se manifiestan. Hay algo por la pregunta por el planeta, la posibilidad de ponerse un poco afuera y ver dónde carajo estamos… Y hay un poco de un lenguaje propio y la utilización de todas las palabras posibles para explicar todo lo que se quiera explicar”.
Louta ha tenido una carrera meteoórica. Sus shows conceptuales causaron impacto inmediato y se ha presentado en festivales como Lollapalooza Argentina y en el Personal Fest, junto a Molotov y Cypress Hill.
Su segundo disco, Enchastre, fue lanzado junto a Sony Music y está nominado en la categoría Mejor Artista Nuevo y Mejor Album de Pop Alternativo en los premios Gardel.
“Para este último disco me dieron más ganas de hacer canciones donde las letras se entienden más. Sentí esa necesidad. El proceso de composición fue sentarme en mi cuarto y ver qué sale. Pero el resultado fue un poco distinto, este disco tiene más canciones”, explica Louta.
Sobre su éxito actual, el músico no se confunde. “Este segundo disco cambió algunas cosas, pero espero que el tercero también lo cambie. No voy enroscarme en eso”.
Para Louta como artista, su fin último no está en uno, dos o mil discos. Sino en algo más ambicioso: transformar el mundo.
Así lo explica: “Está bueno sacudir el planeta. Es algo que tenemos que hacer. Creo que la fuerza vital de las personas se manifiesta a través de lo que hacen, y la fuerza de la música es la fuerza del ser humano. Y la fuerza mueve las cosas. Las bombas también sacuden el planeta. Las personas que hacemos canciones también podemos sacudir el planeta en otra dirección. El odio también sacude el planeta, la bronca, las armerías. El tema es cuánto más podemos nosotros sacudirlo y si podemos darlo vuelta”.
Para el show en Fauna Otoño, Louta no se guardará nada. “Vamos a ir con toda la máquina, con toda la artillería, con todos los bailarines, los músicos, con el concepto, la escenografía. Y con la convicción de generar algo nuevo y que las personas puedan llevarse algo distinto. Va a valer la pena ver el show. Y espero, aunque sea un poquito, transformar la realidad”, dice.