La segunda temporada de Love se estrenó el viernes 10 de marzo y ya sabemos que la viste completa. Aquí te contamos que nos pareció esta nueva edición de la comedia para Netflix de Judd Apatow.

No nos veamos la suerte entre gitanos adictos a la tv: ya sabemos que te comiste la segunda temporada de Love en un fin de semana. Para los que todavía están dosificando, bueno, spoiler alert, vamos a hablar sobre todo (o gran parte) de lo que pasó en las pantallas de Netflix.

En una movida que al servicio de streaming le cuesta llegar con la regularidad que los canales de televisión tradicionales lo hacen (Netflix actualmente se está demorando más de un año en sacar temporadas de sus series y a veces hasta dos años), Love llegó a la temida y esperada segunda entrega. La primera parte quedó con una extraña declaración de amor en medio de una bencinera, pero que es de todo menos eso. Mickey (Gillian Jacobs) aceptando frente a Gus (Paul Rust) que su imposibilidad de mantener una relación normal reside en su tendencia a la adicción (a las drogas, al alcohol, al sexo y el amor). Gus, entonces, queda con una aparente responsabilidad de aceptar o rechazar a la chica que tiene frente a él.

El inicio de la temporada es completamente diferente. Bajo ninguna circunstancia Mickey pretendía continuar con su relación con Gus, sino que terminarla para enfocarse en sus problemas. Un cierre temporal ordenado por la policía los obliga a permanecer en el departamento de Gus hasta que se levante la prohibición, pero la visible incomodidad de Mickey los obliga a idear una salida del condominio. Claramente, esto es Love, y todo termina con una persecución policial por un bosque y termina obligando a los protagonistas a compartir espacio. Mickey no se va porque no puede y se siente culpable, y Gus no la va a echar por las mismas dos razones. Y porque se necesitan el uno al otro.

 

 

Love es una voltereta de las romcoms (romantic comedies), porque todas las señales indican a que nunca van a terminar juntos. Alguien en BoJack Horseman, la aclamada animación de Netflix, dijo alguna vez: “When you look at someone through rose-colored glasses, all the red flags just look like flags” (“Cuando miras a alguien a través de lentes con espejos rosados, todas las banderas rojas sólo se ven como banderas”. Ambos son personajes que ignoran todos los indicios que dicen que en esta, ni en la próxima vida, ambos serán adecuados para el otro.

Después de eso, el resto de la temporada se trata de como Gus y Mickey intentan navegar la naciente relación entre ambos, con reuniones en las respectivas asociaciones anónimas de Mickey; un viaje en hongos de Gus, su amigo Randy y la roommate de Mickey, Bertie; ambos cuidando una mansión que no es de ellos, testando la vida bajo el mismo techo, y una separación forzosa que los obliga a tener un relación a larga distancia.

Las segundas temporadas siempre son difíciles. La creencia popular dice que el segundo año define la longevidad de una serie. Muchas han sido canceladas después de ese punto, pero muchas, con esfuerzo, han pasado la barrera y se han transformado en series de culto. La creación de Judd Apatow para Netflix pasó la prueba, dándonos un fiel retrato de lo difícil y divertidas que pueden ser las relaciones humanas. Love, te estaremos esperando el próximo año por más.