Gabriel Boric asumió hoy como Presidente de la República, y en TV abierta se le pudo ver acompañado -casi en todo momento- por una mujer con vestimenta rapanui. Todo un símbolo, ya que Pakarati es la primera mujer en liderar la Dirección Ceremonial y de Protocolo de la Cancillería, y proviene de un pueblo indígena históricamente invisibilizado. La doctora en antropología e investigadora de la U. Mayor, Consuelo Biskupovic, analiza esta designación y las señales que se envían con su liderazgo de la ceremonia hacia la comunidad internacional.

“Los pueblos indígenas se han marginado, no se han respetado sus derechos y hay demandas históricas que no han sido resueltas. En ese sentido, hay una suerte de folklorización constante. Pero en este caso, el hecho de ponerla en el cambio de mando, y que tenga un rol tan preponderante, es una señal política muy potente”. 

Eso piensa Consuelo Biskupovic -doctora en antropología e investigadora del Centro de Economía y Políticas Sociales (CEAS) de la Universidad Mayor- sobre el rol que cumplió en el cambio de mando Manahi Pakarati, la bibliotecaria rapanui que llevó la batuta de la ceremonia en todo momento. 

La diplomática es la nueva Directora General del Ceremonial y el Protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores, y primera mujer en ejercer el cargo. Hoy se vistió con un traje típico de su isla natal y apareció constantemente en la señal de TV abierta, ya que debía acompañar al Presidente Gabriel Boric e indicarle los pasos a seguir. 

El hecho de que sea mujer, que esté con su traje y sea también la que vela por la jerarquía de las autoridades, también es un rol que no es menor. Son muchos simbolismos que además se articulan con otros: la chofer mujer, la primera Ministra del Interior y más cosas más del cambio de mando, pero también con la Convención Constitucional”, sostiene la académica. 

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¿Por qué con la Convención?

“Inmediatamente pensé en Elisa Loncon. Dos mujeres que están representando a los pueblos indígenas, y dos pueblos que en particular han sido invisibilizados. Bueno, los derechos de los mapuche son más conocidos que el rapanui, pero eso me parece algo clave también: el pueblo rapanui es el que está más lejos del territorio, de la capital, del poder, en términos geográficos, políticos y simbólicos.

Más allá de lo indígena, también hay que pensar que es una ex colonia, entonces está muy bien elegida estratégicamente, porque habría sido una decisión muy distinta si hubiese sido del pueblo aymara u otro”. 

¿Cuál es la importancia de ver a una mujer de un pueblo originario en televisión?

“Hay una postura política muy clara que tiene que ver con el rol que ha asumido el nuevo gobierno. Pero también tiene que ver con Manahi en particular, que es la única representante del pueblo rapanui que está en el gobierno, y que es una mujer muy formada”. 

Además de licenciarse de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Pakarati realizó un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad Victoria de Wellington en Nueva Zelanda, y ha desarrollado su carrera en la Organización de las Naciones Unidas y como cónsul de Chile en México y Nueva Zelanda. 

Sobre su estancia en el país oceánico, Biskupovic señala que “es un lugar particular: tiene una ley indígena muy exitosa y se conoce como un paradigma en los marcos regulatorios de pueblos indígenas. Entonces no es una representante elegida al azar, sino que está todo muy bien pensado”.

¿Cómo reaccionan las audiencias ante este simbolismo?

“En general generó mucho entusiasmo (…) y yo creo que tiene que ver con el nuevo gobierno, pero también con que la audiencia y la agenda pública está más preparada para estas situaciones. Quizás hace cuatro, ocho años, no hubiera sido lo mismo, o simplemente habría sido imposible. Hay una valorización del indígena a nivel de cambios en la sociedad en Chile. Lo vimos con el estallido y las banderas mapuche…Dejó de ser algo estigmatizado.

Hay como un cambio en el rol político que se le está asignando a la sociedad y que es bien drástico, en el sentido de que (Manahi) está siendo parte de un rito que es fundamental en la historia de la república, entonces es realmente algo nuevo”.  

El cambio de mando tuvo mucha atención internacional. ¿Es también una señal para mostrar hacia el exterior?

“De todas maneras. La persona que eligieron tiene un máster en relaciones internacionales y está vinculada al Ministerio de Relaciones Exteriores, entonces hay ahí una señal muy potente para los otros países”. 

La investigadora de la U. Mayor relega una de las críticas que se le podrían hacer al nuevo Ejecutivo: Boric no designó a ningún ministro/a representantes de pueblos indígenas. 

Pero que, asimismo, se intenta dar una señal a quienes lo ven desde afuera.
“En el sentido de que Chile es el único país de Latinoamérica que su Constitución no reconoce a los pueblos indígenas y que eso está cambiando ahora. Eso es un punto crucial, y el hecho de que esté ella dirigiendo el cambio de mando, tiene mucho que ver: mostrar que hay un antes y un después en términos constitucionales. Y en términos internacionales, yo me imagino que el gobierno quiere ser visto así desde los otros países latinoamericanos, digo pensando en las personas que fueron invitadas a la ceremonia”.