Reutilizando el tatuaje Stay Strong de Demi Lovato, Nicolás Astorga busca meterte en un mundo de delgadas líneas que separan ficción y realidad, exhibición y privacidad; o manipulación y descontrol. La expo está hasta este domingo en Local Arte Contemporáneo (Italia 1129).


“En el barrio a los traidores les clavan un cuchillo en el glúteo para cortarles un nervio y marcarlos como un cojo desleal”.
-Cosas que cuenta la gente en México y que Nicolás Astorga rescata para introducirnos a su exposición.


Por Céline Fercovic

Hace unas semanas se inauguró Mantente Fuerte de Nicolás Astorga en Local Arte Contemporáneo (Av. Italia 1129). En una pequeña publicación que el artista repartió esa tarde se leía la frase de arriba a modo de introducción. Traidores, cojos desleales y venganza podrían ser las primeras claves de interpretación para esta muestra compuesta de esculturas, fotografías e instalaciones.

Stay Strong es la frase que la estrella Disney Demi Lovato se tatúa en las muñecas luego de salir de rehabilitación en 2011 por trastornos psicológicos como la depresión, la auto-lesión y la bulimia.

Un años después la actriz y cantante decide exponer su vida privada en el documental Demi Lovato: Stay Strong transmitido por MTV. Ya compuesta de sus heridas, controlando su adicción a la cocaína y comiendo representó a un montón de chicas normales por mostrar la verdad detrás de la fama, pero en su regreso también tuvo que escuchar las críticas de quienes encontraron intolerable su nueva imagen física: “Está gorda”, “Se ve horrible”.

Todo esto le dio más sentido al Mantente Fuerte que tenía en la piel.

Astorga toma prestada esta frase para titular su reciente expo individual. Su interés, mucho más allá de avalar o rechazar las intenciones mercantiles de una figura pop, es abordar la delgada línea entre ficción y realidad, entre exhibición y privacidad o entre manipulación y descontrol personal a partir de hitos autobiográficos, clichés y juegos de estereotipos.

Mantente Fuerte, abierta hasta el domingo 17 de junio, comienza con un relato pasional sobre la desilusión amorosa apoyado en el imaginario colectivo de la traición.

La rabia y lo doloroso de enfrentarse a una infidelidad pueden transformar para siempre la vida y práctica diaria de alguien sin siquiera poder calcular sus consecuencias. En este caso las causas emocionales provocaron un giro a la fría construcción de imágenes que Astorga hacía de sí mismo: la del modelo reggetonero irrespetuoso, la del güerito hetero, políticamente incorrecto, algo machista y manipulador. Esa imagen que, finalmente, es la más difundida, es también la contrapartida de Mantente Fuerte.

Tanto El Bruja, músico, personaje o performance (como lo quieran entender) creada por Nicolás Astorga en 2016 dentro de su proceso de adaptación y estudio de arte en el DF, como su faceta de artista plástico se mantienen unidas por la hiper exhibición, el experimento y la asimilación de un contexto específico a su invención, pero se diferencian en las formas y estrategias de construir imágenes.

En Mantente Fuerte el ego trizado de un narciso queda inscrito en las obras. Se presenta un escenario de posibles hechos mortales, venganzas, condenas y accidentes originados a partir de este golpe simbólico. Son especies de maldiciones llenas de arrebato que movilizan actos involuntarios y, por lo mismo, rotundos, materialmente sólidos, concretos y dispuestos al enfrentamiento. La mayoría de las piezas expuestas son esculturas construidas de manera maciza; piedras, fierro, metal, cemento. Otras simulan ser rígidas con elementos livianos: yeso, poliuretano o aluminio.

Hay algunos objetos que son directamente trasladados de la vida a la galería: manubrio y airbags abiertos de un auto, una jabalina clavada en el muro o la piel seca de una serpiente sobre el piso de la sala. En conjunto revelan un desastre y la promesa de un castigo.

En la publicación de Mantente Fuerte, diseñada por Isidora Gilardi, también se incluía un texto sentimental sobre los quiebres amorosos, la venganza, el trauma, la memoria y la muerte, escrito por Sergio Soto. Aquí volvemos a encontrarnos con la figura del narciso, ese complejo psicológico que toma como metáfora el mito griego de un hombre muy vanidoso que muere ahogado con su propio reflejo.

Este último tiempo Astorga ha trabajado dentro y fuera del mundo de las artes plásticas con estas mismas temáticas. En 2017 expuso Que se mueran los feos en Tele Arte, fue una muestra de fotografías y videos que registraban su práctica de modelo en México y en donde se puso en circulación la reproducción de un discurso cruelmente xenófobo con el objetico de evidenciar los distintos estereotipos culturales que se construyen: “Tuve que venir a un país donde son más feos para ser modelo”.

Este año El Bruja ha lanzado vídeos musicales y recorrido algunos escenarios junto a otros personajes de la escena local, por su parte Astorga instaló algunas de sus obras icónicas como El peor compañero o Insuficiente en conducta en la primera versión del recién pasado Festival Recreo. Todas ellas son formas de entrar y salir de la galería que apuntan a la versatilidad, la comunicación de ideas y la presencia de las artes visuales en la esfera digital y la vida cotidiana.

Una obra que tiene varias capas de entendimiento, ¿Cuál tiene más sentido para ti? Anda a verla y nos cuentas.