No quiero quedarme con las cosas malas del evento, porque realmente agradezco mucho que tengamos momentos para poder compartir con quienes apoyan la causa y el movimiento, pero escribo esto para dejar constancia de que tal vez sea necesario un cambio para sacudir el asunto.

Texto: Rodrigo Wells

Fotos: Pilar Naturali

¿Podría alguien explicarme con un mapita (porque soy super tonto) dónde fue el “Orgullo 2017” en Chile? Que envidia me da ver en Instagram las fiestas, carnavales y descomunales celebraciones que hay por el mes del orgullo en otros países, mientras que acá nos conformamos con que ni siquiera la Alameda estuviera cerrada completamente para nosotros (en un día de fin de semana, cuando se supone que anda menos tránsito en las calles). Creo que hace falta que se realicen eventos alejados a movimientos “que representan” a la Comunidad LGBTIQ+, basta con la disputa histórica de las comunidades de la disidencia sexual en Chile.

Que pena me da que cada año las marchas sean más fomes (aunque con mucha más gente en las calles), que haya una organización deficiente y falta de unidad entre todos los movimientos que defienden “para el mismo lado” los derechos de toda la Comunidad LGBTIQ+ en Chile. No hace falta ser grandes genios para saber que entre ellos no se llevan bien, pero tampoco hace falta ser grandes genios para entender cuál es el propósito general real de la marcha y la lucha que se tiene como comunidad a nivel país: unificar, visibilizar y concientizar.

A pesar que los objetivos específicos planteados en la convocatoria del evento oficial de Facebook “marcha por el orgullo de ser tu mismo 2017” (“interés Superior de la niña y del niño”, “matrimonio igualitario” y “ley de identidad de género”) se alejen un poco de lo que tendría que haberse festejado en el pride y se pierda la idea de qué estamos haciendo en realidad (además de que fueran -casi- los mismos del año pasado).

Vamos por parte, porque esto no se trata de destruir y pelar el evento, dado que realmente agradezco tener la instancia para poder verme con amigos en un entorno ultra gay friendly, pero la vara este año no quedó muy alta que digamos y a mi parecer tenemos muchos aspectos en los que mejorar.


Retraso

Que lata que la convocatoria sea a una hora y no se cumpla. Con la gente que pude compartir durante la marcha y la tarde en el lugar, comentamos que no tiene sentido que nos citen a las 14:00 hrs, en uno de los días más calurosos de los más recientes meses, solo con el fin de hacer “bailes” y “shows” que no se entendían mucho, dado que no había un escenario real con amplificación ad hoc para que escuchara la cantidad de personas convocadas, las que lógicamente serían más de 80.000 (cifra de asistentes del año anterior, según datos entregados de forma oficial por el Movilh). El parade comenzó cercano a las 15:30 hrs, cuando ya estábamos asados de calor. El lugar estaba imposible de transitar y la Alameda a duras penas estaba siendo cortada en una sola vía con la ayuda de carabineros. Mal ahí chiquillxs, si decimos “a las dos es la marcha”, a las dos y media como máximo sería ideal partir el caminar.


Amplificación y escenario

El escenario principal -y único que había- era un camión grande, que estaba “ambientado” con un lienzo, pero que obviamente podría haber tenido un poco más de trabajo, con flores, más parlantes y menos gente arriba. La amplificación hubiera sido la ideal, si hubiésemos estado celebrando la kermesse de un colegio, con máximo 1000 personas a todo reventar. Pero tomando en cuenta las cifras de las marchas y eventos gay friendly de años anteriores y que cada año los números van en aumento, hubiese sido increíble poder contar con al menos un par de parlantes más como mínimo para poder escuchar bien todo lo que hablaron las animadoras y gente que compartía en el “carro” durante la procesión.


Desorganización

Como llegué temprano (puntual a las 14:05 hrs) al lugar, me dispuse a escuchar lo que hablaban en el camión-escenario que estaba estacionado en la calle General Bustamante, afuera del conocido edificio que por mucho tiempo fue “el más alto de Santiago” en Plaza Baquedano. De partida me pareció una burla que tomando en cuenta la cantidad de gente que se suma a los actos de connotación LGBTIQ+ en el país, solo se cuente con un “carro” con música y animadores (aunque esa es harina de otro costal). A lo largo de todo el recorrido realizado durante el caminar, se notaron en pequeños detalles las cosas que no estaban afinadas a la perfección para que todo saliera bien, como por ejemplo, el camión-escenario que al llegar a Los Héroes se detuvo, luego avanzó, luego retrocedió y luego se estacionó entre una calle (todo en un lapsus de tiempo de más o menos quince o veinte minutos), en donde nadie sabía que hacer, ni que pasaba… “Tal vez el acto que hubo al principio fue todo el show que se hizo y la marcha llegó hasta aquí” comentaban algunos.


Hueveo

Con una de mis amigas nos asombró mucho que no hubieran más camiones con música y gente bailando, nos llamó la atención que solo el Movilh (organización encargada de la convocatoria y el evento) tuviera un camión con “””rostros””” arriba. Tal vez fuimos nosotros que estamos acostumbrados a bailar y a sentir la música fuerte en otros eventos de este tipo, pero me quedo con la sensación de que no hubo un ambiente festivo real, del tipo carnavalesco, en donde todos pudiéramos disfrutar y pegarnos el show o la “perfo”, haciendo nuestra la calle mal pavimentada del centro santiaguino, bailando y dejando los pies en la pista, como tanto nos gusta hacer en la disco. Voguing femme y todo lo demás.


“Figuras”

¿Qué onda el camión del Movilh lleno de voluntarios arriba? Me parece que en el carro tiene que haber gente que nos represente, que se haga cargo de la comunidad y de la cara por nosotros a nivel televisivo o de redes sociales, influencers o por último Instagramers conocidos. La zorra que hayan subido a la David Montoya y a su amiga, pero además de ellos y Adriana Barrientos haciendo live en Instagram todo el rato, sumado claramente a la compañía de la (#Eterna) Polecita Favres, no había nadie más que pudiera ser reconocido. Entiendo perfectamente la labor de los voluntarios de la organización encargada de la marcha, pero siento que no es para que vaya lleno de gente haciéndose la estupenda. Si son voluntarios, van caminando como todos, sin querer “figurar”, ni sobresalir del resto… Como dice un reggaeton “en esta disco todos somo’ iguale”, esa es la onda en la que tenemos que andar.


Basura y ebriedad

Está claro que a todos nos gusta el copete, porque somos viciosxs, pero hay que controlarse, ir a la marcha no es sinónimo de quedar muerto botado en el suelo, ni estar dando jugo al final, la idea de que tengamos estas instancias es aprovecharlas para bien, poder hacer crecer la fraternidad y el compañerismo entre todxs. Hay que hacerse responsable de eso, porque muchos ojos están puestos sobre el evento y depende del comportamiento que tengamos, la posibilidad de seguir haciéndolo en años próximos o no. Lo mismo con la basura, demostremos que somos decentes y no dejemos toda la Alameda llena de papeles, cajas de vino y cosas en el suelo, si nos dan este espacio, cuidémoslo y seamos conscientes de él. Por favor hagámonos cargo.

No quiero quedarme con las cosas malas del evento, porque realmente agradezco mucho que tengamos estos momentos para poder compartir con quienes apoyan la causa y el movimiento, pero escribo esto para dejar constancia de que tal vez sea necesario un cambio para sacudir el asunto, uno que parta por la organización y la gente que está detrás de estas marchas.

Seamos objetivos y si sobró o faltó algo, hagámoslo saber para que el próximo año podamos estar realmente contentos y dichosos, viviendo un festival por la Alameda, con las calles cerradas y tirar la casa por la ventana, carros alegóricos de discoteques y mucha música, alegría y amor. Menos políticos en el escenario y más tino del community manager del Movilh, que le tiró un tweet “dando cara” a la Beatríz Sánchez, las polémicas que queden fuera, la ropa sucia se lava en casa.

Si faltan voluntarios, que se haga un levantamiento y una campaña acorde a las necesidades de la institución. Que se haga lo que se tenga que hacer en realidad, pero que se haga bien y que deje a la gente conforme con lo vivido al mil porciento. Que en verdad nos sintamos orgullosos de que en Chile celebramos el Orgullo por las calles con nuestros amigos y familiares, estando a la par con los países hermanos que hacen una fiesta nacional y demuestran felices en sus redes sociales la cultura y el amor que comparten bailando por las calles, logrando transmitir a través de una pantalla toda la alegría y emoción que les significa poder decir decir que están orgullosos de ser como son. Como nosotros realmente tendríamos que estar.

Como ejemplo a seguir tendríamos que tomar a Madrid, que incluso tienen un Himno oficial del Pride 2017, con La Prohibida y Javiera Mena entre sus voces.