El pasado 24 de septiembre tuvo su estreno mundial en el Festival de San Sebastián la última película del carismático director Leonardo Medel, “La Verónica”.

La cinta protagonizada por Mariana di Girolamo tuvo un gran recibimiento en el certamen español y fue incluso ovacionada por el público.

“Tuvimos un aplauso enorme, una ovación cuando terminamos y además tuvimos unas preguntas extremadamente inteligentes, muy interesantes de responder”, señaló Medel a los medios tras la exitosa presentación en la ciudad vasca.

La cinta podría definirse como un drama en la era de las redes sociales.

El argumento se basa en la historia de Verónica (Mariana di Girolamo), una influencer que está casada con un futbolista (Ariel Mateluna) y que busca a toda costa conseguir dos millones de seguidores para ser el rostro de una marca de labiales.

En medio de esta situación, Verónica es investigada por la muerte de su primera hija en calidad de sospechosa.

Al igual que otras películas de Medel, la película producida por el aventurero Juan Pablo Fernández, busca experimentar con nuevos formatos.

En este caso, “La Verónica” solo utiliza primeros planos y planos medios donde aparece constantemente el rostro de Di Girolamo.

La actriz comenta a Pousta que el guión que tuvo que aprenderse para interpretar su papel equivalía a dos largometrajes.

“Requirió de harto estudio. Estudio diario. Antes y durante el rodaje. Fueron días de mucha concentración, necesité mucho silencio para poder rodar y abordar las escenas”, señala.

¿Qué referencias usaste para construir este personaje?

El análisis que hicimos fue más bien virtual. Nos metimos harto a bucear en Instagram. Analizamos distintos personajes personajes femeninos tanto de Chile como del mundo. El pelo de Verónica fue inspirado en Victoria Beckham, por ejemplo.

Con Leo trabajamos mucho el tema del lenguaje. De cómo hablar a un primer plano. Yo tenía que mirar todo el rato al borde del lente. Había que realizar un trabajo íntimo con el director de fotografía (Pedro García).

Verónica tiene muchos personajes dentro de ella, son mil y un formas.

Durante la película vemos distintas caras de ella.

Hay una faceta del personaje que es como se muestra en la vida real y otra que es la que muestra en las redes sociales….

Hace poco vi un meme que era de una pareja que había terminado y decía ‘pero cómo si se veían tan felices en Instagram’. En el fondo es como una realidad que mostramos.

A mí también me pasa. A modo personal trato de mostrarme como soy. Pero es una cara y que, por lo general, es muy poco profunda. A veces no tiene nada que ver con el estado en el que estamos.

Leo dice ‘ya no es necesario ser atractivo en el mundo real si puedes ser atractivo en las redes sociales’. Es muy loco el mundo del like.

En esto minutos se está discutiendo sobre la adicción a las redes sociales ¿Crees que la película refleja esto?

Gente que la ha visto me dice que es un poco horroroso sentirse identificado con Verónica en algunos aspectos. Sobre todo en lo que respecta a las redes sociales y a mí también me pasa.

No solamente con las redes sociales sino que con lo que sucede con mi persona en el mundo de Google o en las entrevistas. El otro día mi madre me mandó una nota que salió en una radio, que era super linda y hablaba del triunfo de La Verónica afuera y de mis looks, pero los comentarios eran todos horribles.

Estuve todo el día afectada, y aunque son personas que no te conocen y por ende son cosas que te deberían resbalar, igual están aludiendo a tu persona o a tu trabajo.

Es una locura. También paso más tiempo del que siento que debiera en las redes sociales.

Es un arma de doble filo, porque es una herramienta muy poderosa de difusión tanto de mi trabajo como de causas político-sociales, pero te ves sumergido en este mundo de las apariencias donde muchas veces causa mucha inseguridad. A veces, es muy violento también.

Me parece peligroso para los públicos adolescentes que están en etapa de desarrollo y me imagino lo violento que puede ser. Es como una pandemia en sí misma.

En tu caso, tienes un millón de seguidores en Instagram ¿cómo mantienes bajo control eso?

Mi Instagram tiene un alcance que es enorme. Me da susto estar perdiendo espontaneidad por pensar y repensar tanto, qué subir y que no, porque quizás hay un millón de personas que van a tener acceso a este contenido. A pesar de que muchas veces me dan ganas de mandar todo a la mierda, creo que sigue siendo una herramienta muy poderosa de difusión y de trabajo.

En La Verónica podemos ver a una mujer que va a hacer todo lo que está a su alcance o lo que sea necesario para lograr su objetivo. Ella misma dice “voy a tener que hacer algo increíble” para conseguir esos dos millones de seguidores.

¿Qué otras reflexiones plantea la película además de nuestra interacción con las redes sociales?

El rol de la maternidad está puesto en cuestión, porque para mí Veronica es una mujer que no quiere ser madre.

¿Podrías contarme de esta alianza creativa que tienes con Leo Medel?

Hicimos Constitución que es en realidad virtual, hicimos Harem, después hicimos Hotel Zentai donde también actuó Antonia Zegers y Alejandro Goic. Zentai es un concepto que viene de una cultura japonesa. Son personas que ocupan trajes como de Power Ranger y se van a hoteles para frotarse unos con otros.

He estado abordando estos proyectos porque me parece fascinante hacer cosas que se salgan de los formatos convencionales. El hecho de que Leo haya persistido y que hayamos llegado a un festival como San Sebastián, es súper significativo.

La Verónica es la película más normal que ha hecho Leo y Merced (productora), pero también es muy extraña.

Me siento cómoda trabajando con ellos a pesar de las rarezas que hacemos. Me sacan de mi zona de confort.

Todas las películas anteriores fueron fundamentales para hacer La Verónica. Fue un trabajo de conocernos, de confianza, de sentirse cómoda. De otra manera habría sido muy difícil.