Mark Shapiro, encargado de difundir la palabra de Laika, el estudio independiente de animación y stop motion que le hace pelea a Pixar y Disney, nos dio una verdadera e imperdible charla motivacional.

A las 11 de la mañana de un frío martes de mayo en Santiago, en la sala de espera premium de Cineplanet Costanera, Gonzalo Frías interroga a un estadounidense de unos 50 años, que responde con una jovialidad digna de alguien que acaba de salir de una juguetería. Un par de adolescentes se equivocan de dirección y entran al lugar, ocupado solo por unos cuantos encargados de prensa de varios medios y la gente del Festival Chilemonos. “Cacha, el pelao del Séptimo Vicio”, dice la chica con lentes a su amiga, que no tiene idea de quienes están ahí sentados.

Pero el centro de atención es su interlocutor: Mark Shapiro, el encargado de relaciones públicas y molder o titiritero de las primeras películas de LAIKA, el estudio independiente que ha hecho historia en el mundo de la animación y que se ha impuesto ante gigantes de la industria hollywoodense en más de una ocasión.

Ese día, Mark charló y presentó la última película del estudio a una sala llena de niños de colegios de zonas vulnerables. Para muchos de estos niños, era la primera vez que entraban a una sala de cine.

LAIKA , el estudio que representa Shapiro, se especializa en la técnica del stop motion y tiene cuatro películas: “Coraline y la Puerta Secreta”, “Kubo y la Búsqueda del Samurai”, “ParaNorman” y “Boxtrolls”, además de haber ayudado a co producir “El Cadaver de la Novia” junto con Tim Burton Productions y lanzar un corto llamado “Moongirl”, en 2005.

Sus producciones han batallado en taquilla con producciones de Disney/Pixar y Dreamworks, entre muchas otras, con historias impactantes, familiares y ejecutadas con un nivel de detalle microscópico.

Finalmente, es nuestro turno de hablar con Mark.



¿Porqué crees que LAIKA he llegado tan lejos y ha logrado tanto respeto con sólo cuatro películas? ¿Sienten el impacto de la fama?

La verdad es que aún somos un estudio relativamente joven, de 11 años, y nos queda mucho camino por delante, pero cada día puedo notar pequeñas diferencias: desde el aumento de las cartas que recibimos hasta los fenómenos que han generado nuestras películas en las redes. La gente está hablando de nosotros, estamos llegando a nuestros fans.

Creo que nuestras historias son diferentes de la mayoría de los films animados y tratamos de darle nuestro sello a historias viejas y fuertes, que sean significativas en las vidas de la gente; contar las historias de familias, de aventuras, con un tono consistente de realidad emocional que hace una conexión con los espectadores. Son películas con una esencia, un llamado que te dice “se verdadero contigo mismo y con los otros”.

Si toda la industria del cine animado empezara a hacer historias más cercanas y a seguir este “tono de realidad”, ¿cómo crees que afectaría a las mentes jóvenes?

Hoy tengo a este grupo de niños viendo “Kubo” aquí dentro y para muchos de ellos esta es su primera película. Espero que ellos se vayan con la impresión de que cada cuadro fue hecho con cariño, de que todo es un enorme trabajo hecho con dedicación.

Cuando uno empieza a descubrir las películas, te vas enamorando de distintas cosas: Las historias creíbles, los guiones que te hacen cuestionarte, los personajes con un desarrollo y un hilo que una todas estos elementos. La historia siempre ha sido lo más importante; la historia y los personajes son los que hacen que la gente quiera o deteste tu película.

Espero que nuestras películas los ayuden a desarrollar un pensamiento crítico, a cuestionarse lo que tienen alrededor o lo que les dicen que deben pensar. Que aprendan una forma propia de ver el mundo.

¿En qué se diferencia lo que hacen ustedes con los grandes estudios de Hollywood?

Cuando digo que cada cuadro importa, lo digo en serio. Si estoy leyendo un libro o viendo una película, necesito que los personajes lleguen a mí. No puedo relacionarme con una historia que tiene personajes poco queribles o sin una personalidad creíble, que es lo que a veces sucede con la animación en Hollywood, cuando se privilegian otras cosas por sobre crear una historia que impacte el corazón del espectador.

Por otro lado, de verdad espero que estemos generando una nueva corriente. Espero que lo normal en el cine sea una producción hecha con la dedicación que logramos: personajes poderosos, música espectacular y una historia que te haga olvidar que estás sentado frente a una pantalla. Si logramos que, al terminar los créditos, salgas de la sala preguntando el significado de lo que quisimos decir con nuestra historia, el trabajo está cumplido, sin importar si tienes 4 o 64 años. ¿Cómo se supone que aprendas algo si sales de la sala de cine sin aprender ni cuestionarte nada? La historia debe poder hacer que todos los que la vean saquen algo que reflexionar. Nos gusta creer que no existen las “películas para niños”: nosotros hacemos películas para todos.

https://www.youtube.com/watch?v=4L5-T3XZyXk