Las mascarillas se tornaron el símbolo de la pandemia por Coronavirus y su uso obligatorio se mantuvo durante dos años consecutivos hasta que, finalmente, el 14 de abril se flexibilizó su uso en espacios exteriores en Chile. Un cambio positivo para la salud mental y el ámbito social asegura una experta.
Comunicación y empatía son parte de los beneficios en esta nueva dinámica libre de mascarillas en espacios abiertos y con distancia de al menos un metro.
La académica de la Escuela de Psicología UC y cofundadora de la Fundación PsiConecta, Paula Errázuriz, asegura que “poder vernos cara a cara sin las mascarillas permite leer mejor las expresiones del otro y conectarse mejor emocionalmente”.
Detrás de la mascarilla se pierden elementos claves que permiten distinguir matices en una conversación.
“La comunicación tiene dos componentes: uno verbal, que tiene que ver con lo que decimos; y uno no verbal, que tiene que ver con cómo decimos las cosas, nuestro tono de voz, pero también nuestros gestos y nuestra expresión facial”, explica Errázuriz a EMOL.
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Además, las nuevas medidas frente al uso de mascarilla podrían ser beneficiosas frente al aumento de los episodios de violencia a lo largo del país.
“Al no verle la cara al otro es más difícil empatizar, es más difícil verlo como una persona real que tiene sentimientos y que es afectado por lo que nosotros hacemos. Y, en ese sentido, es más fácil agredir a alguien a quien no le veo la cara que agredir a alguien que sí veo cómo se está sintiendo”, fundamenta la experta a Emol.
Este cambio también resulta positivo para las personas sordomudas, quienes se vieron perjudicadas ante el uso de mascarilla debido a que “no podían leer los labios de otras personas”, explica Errázuriz.