Esta semana los trabajadores de un santuario silvestre en Kenia, encontraron los cuerpos de dos jirafas blancas que presentaban heridas de bala tras descubrir que andaban cazadores furtivos en el lugar.

Los guardabosques estaban alerta, luego que se reportara la desaparición desde hace algunos días de la jirafa madre y su cría. Tras el hallazgo, el parque Ishaqbini Hirola Conservancy señaló, a través de un comunicado, que ambos animales yacían muertos hace más de cuatro meses.

Junto con esto, agregaron que “este es un golpe a los tremendos pasos tomados por la comunidad para conservar especies raras y únicas, por eso tenemos que hacer un llamado de atención para un apoyo continuo a los esfuerzos de conservación”.

Debido a la muerte de estos animales, ahora en el parque solo existe una jirafa blanca que corresponde a un macho de edad adulta.