No es novedad que se abogue por el uso de MDMA y psilocibina (presente en setas alucinógenas) en tratamientos de salud mental como uno de los sistemas más efectivos y menos nocivos para la salud.
La organización Mind Medicine Australia trabaja con estos elementos para tratar enfermedades mentales de forma segura y efectiva, basada en la investigación clínica y asistida, todo aprobado por la normativa y basado en evidencia científica. Operan como nexo entre médicos y el gobierno, además de organismos reguladores de salud y ciencia.
La pandemia después de la pandemia será mental
Ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental han aumentado con la llegada del Covid-19.
Lo peor de todo es que éste podría ser apenas el comienzo de una ola de enfermedades y malestares psicológicos que dejará la crisis en la población mundial, concuerdan los expertos.
Andre Robb, representante de la organización australiana, asegura que trabajan en “potencialmente la innovación más importante en la salud mental que hemos visto en décadas”.
“Estaríamos abandonando nuestro deber como país si no tomáramos esta oportunidad para aprovechar estas medidas que potencialmente pueden proporcionar un beneficio muy significativo para muchos australianos”, dijo, sin descartar que obviamente el futuro de este nuevo paradigma debe traspasar fronteras.
“Cuando salgamos de esta pandemia, habrá decenas de miles de personas que necesitarán tratamiento y ayuda”, manifestó el científico.
No está de más recordar Mind Medicine Australia se centra en el uso de la aplicación clínica de la psilocibina y el MDMA para enfermedades mentales y no utilización recreativa.
Su enfoque es totalmente clínico y no lúdico.
Sin embargo, aún falta evidencia científica para aplicar estas recetas de forma profesional y segura.
Por otro lado, en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Droga (FDA) realiza ensayos clínicos con la MDMA para casos de estrés postraumático y a fines del año pasado se aprobó el tratamiento de psicoterapia asistida con esta sustancia para personas que amenazan con quitarse la vida.
Catalogaron a la psilocibina como un tratamiento innovador y es apenas la primera fase de una serie de ensayos para investigar su eficiencia en tratamientos depresivos.
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