Desde el inicio de la pandemia, el doctor italiano Pasquale Bacco lideró protestas y conversatorios que ponían en duda la existencia del Covid-19 y las vacunas para prevenirlo. Según manifestó, aquello multiplicó sus ganancias económicas, pero todo cambió cuando vio la muerte de un joven, fue ahí cuando quiso retractarse de sus teorías conspirativas frente a todos sus seguidores.
En marzo de 2021, a solo un año de que la pandemia del coronavirus empezara a propagarse por el mundo, se publicó el libro Masacre de Estado: las verdades ocultas del Covid-19, en el cual los italianos Pasquale Bacco, Angelo Giorgianni y Nicola Gratteri, manifestaron que las organizaciones internacionales y los medios de comunicación se referían al virus desde la desinformación o, derechamente, desde el engaño.
El primero de ellos es un médico que ganó popularidad en Italia por representar a los movimientos antivacunas en protestas y conversatorios, pero a pesar de que era un agente activo dentro de esta comunidad, esta semana conversó con el diario italiano Corriere della Mezzogiorno acerca de cómo cambió su visión en los últimos meses.
Según declaró, el detonante fue “cuando vi morir a un chico de 29 años de Covid”, el cual era un seguidor de sus propuestas.
“Tenía en su móvil los videos de mis mítines en las manifestaciones de los no vacunados, la familia me dijo que era fanático mío”, relató, “no me lo dijeron con enfado, al contrario, y esto me dolió aún más. Siento que esa muerte fue por mi culpa. Y la cosa todavía me molesta hoy. Para mí no era un credo. Cuando vi la realidad con mis propios ojos, me di cuenta de que estaba equivocado”.
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A partir de ese momento, Bacco se convenció de la existencia y mortalidad del Covid-19 y sus variantes e, incluso, ahora es favorable a la vacunación.
En la entrevista, el médico comentó que fue uno de los primeros líderes de Informa x Resistir, una comunidad de antivacunas que organiza disturbios y que constantemente publica noticias falsas a través de redes sociales.
Dentro de este grupo, Bacco organizaba encuentros en donde le ofrecía credibilidad a los oyentes por ser un médico con experiencia, “lo que decía era oro puro para la gente que tiene miedo y busca certezas”, comentó, para luego añadir que estuvo en 300 protestas y que conoce todos los mecanismos internos de la organización, un factor que, al ser un rostro público y al haber cambiado de opinión, lo pone en una situación compleja: “Por eso ahora me temen y me quieren muerto”.
“Éramos realmente grandes bastardos, no lo escondo, esa es la verdad, por eso he pedido perdón a todos, pero ese perdón es inútil”, declaró, para luego admitir que parte de su participación como líder antivacunas estuvo motivado por fines económicos, en los que su negocio aumentó “mil veces”.
“Creo que los que subimos a esos escenarios tenemos tantos muertos en nuestra conciencia. Hemos sido grandes cobardes todos los antivacunas. Íbamos a las plazas y cuando hablábamos, sabíamos que la gente quería escuchar cosas fuertes”, dijo en referencia a frases como “con el Covid no murió nadie”, las cuales fueron dichas en medio de un escenario en donde “no te das cuenta” y “entras en locura absoluta”.
Pero según comentó al periódico italiano, aquella postura acabó a finales de 2021, hasta el punto en que el 17 de diciembre, compartió un video a través de su Instagram en el que reconoció la efectividad de las vacunas y llamó a sus seguidores a inocularse.