Tras denunciar una agresión física por parte de otro latino, la Fiscalía qatarí comenzó a perseguir a Paola Schietekat por tener sexo fuera del matrimonio (su agresor dijo que estaban en una relación), delito penalizado por la ley islámica. Meses después, logró volver a su país de origen y salvarse de la terrible condena, pero advierte que todavía existe una acusación en su contra.
Era su “trabajo soñado”. La economista mexicana Paola Schietekat llegó en febrero de 2020 a Doha para desempeñarse en el gobierno de Qatar, específicamente en la organización de la Copa del Mundo que se realiza este año.
Pero de un sueño, pasó a ser una pesadilla.
El 6 de junio de 2021, un latino que era conocido suyo, entró a su pieza y la agredió físicamente, dejándole lesiones en el brazo y su abdomen. Lo denunció a la policía, y cuando el caso avanzó en las etapas jurídicas, su agresor señaló que supuestamente tenían una relación. Con eso, pasó de ser víctima a victimaria.
La Fiscalía qatarí comenzó un proceso de investigación por el delito de zina, es decir, ser partícipe de una relación extramarital, un delito penalizado por el código religioso (ley islámica sharía) con hasta 7 años de prisión y 100 latigazos. Según contó su caso en redes, uno de los ofrecimientos que le hicieron las autoridades de ese país fue casarse con su agresor para evitar la condena.
“La Fiscalía me liberó con la condición de que dejara mi celular a su disposición para culminar la investigación sobre el caso de ‘fornicación’”, contó Schietekat sobre una resolución que le permitió salir de Qatar 20 días después de la agresión. Y si bien había obtenido su libertad provisional, pasó lo mismo con su presunto agresor, por lo que temía por su integridad y decidió huir.
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Este domingo, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dio a conocer que, tras meses colaborando judicialmente en el caso, lograron que el proceso judicial abierto contra la joven de 27 años terminara “favorablemente”.
“La decisión del juez fue remitir el expediente a la Fiscalía, concluyendo el proceso penal. Aunque este es un gran paso en la dirección correcta, el caso sigue abierto y todavía existe una acusación en mi contra por parte de la Fiscalía”, advirtió Paola vía Twitter.
Sin embargo, agradeció el apoyo de la Cancillería de su país e instó a que se siga luchando para terminar con estas leyes prehistóricas, que aún permiten que las mujeres queden en un posición menos ventajosa que los hombres en casos como este.