En un país que lleva dos terremotos en menos de un mes, lo que menos necesita son tus hashtags en redes sociales.

Se cumplían 32 años del terremoto que azotó México y que acabó con la vida de 10 mil personas cuando nuevamente el piso se movió bajo la capital mexicana, provocando una nueva tragedia que, hasta la fecha, suma más de 200 fallecidos. Así, el 19 de septiembre fue un martes negro para el país después del terremoto que azotó al DF. Decenas de edificios caídos y hay mucha, pero muchísima gente atrapada bajo los escombros. Un completo desastre.

Todos quienes usamos recurrentemente las redes sociales comenzamos a ver como distintas figuras del espectáculo mundial, de la política o quien sea que tenga Twitter, expresaba sus condolencias en no más de 140 caracteres. Al igual como muchas otras tragedias, las redes sociales comenzaron a llenarse con el ya clásico “Pray for…”, que en este caso lógicamente se viralizó como “Pray for México”.

Una reacción lógica, pero, ¿es útil? Claramente no.

No sé si podría afirmar que estos “Pray For…” son solo muestra que hasta la fe de las personas se han convertido en objeto del marketing, del sistema o de lo que sea, pero sí se ha convertido en algo así como una moda. Tragedia que hay, tragedia que se suma a los “Pray for…”, sobre todo en cuanto a atentados en Occidente (por que nunca ha habido un “Pray for…” relevante para lo que ocurre, por ejemplo, en estos días en Birmania).

La situación que da más rabia aún es que hay personas que creen que estas tragedias o atentados (como los perpetuados por ISIS) son producidos por un grupo que “rezó mal”.

¿Qué es eso de rezar mal?

Rezar no sirve, no se traduce en ayuda, solo sirve para la calma y bienestar de quien realiza la plegaria. Creo que no existen datos oficiales de cuanta gente con hambre, con enfermedades terminales o pasando por cualquier desgracia se haya recuperado gracias a la sobredosis de likes, hashtags, bendiciones o frases con fondos de paisajes.

No quiero entrar mucho en la religión en sí, porque es complicado. Pero me hace ruido que cuando se encuentra un sobreviviente muchos digan “gracias a Dios está vivo”. Filo los rescatistas.

¿Habrá gente que en realidad sienta algo así cómo “Listo mi ‘Pray for México’, me siento mejor persona”? Cuesta entender que solo con una plegaria tuitera hayan personas que crean que con eso es suficiente mientras que en la misma Ciudad de México hay miles de personas que probablemente también rezan, pero además están pasando día y noche ayudando, donando, trabajando y rescatando gente con lo que tengan a mano. En fin, siendo un aporte real.

Ahora viene la real ayuda: si estás lejos de México, algunas de las formas prácticas para aportar es ingresando al siguiente link de la Cruz Roja para hacer una donación, también a la cruzada de Amazon #AyudarNosMueve , o aportando vía PayPal a donativos@brigada-rescate-topos.org a la cuenta Santander 92000709294. 

Sin duda, una ayuda mayor que un hashtag que por si solo no mejora la situación de los afectados y la de nadie, nunca.