Consuelo Ulloa dedica su vida a la astrología, tiene sus horas copadas leyendo la carta astral de sus pacientes. Como además es socióloga, logra converger las dos disciplinas en acabados análisis que documenta en su Instagram.

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Nuestras madres son pura mente. Son mujeres que, para pertenecer en este mundo, debieron castrar a su energía femenina para poder existir. Para poder ser validadas en sus trabajos. Para poder tener opinión. Se quedaron con parejas que parecían más hijes que amantes, soportaron a padres ausentes emocionalmente, se tragaron el abuso y la humillación para poder ser. Guardaron secretos para poder existir. Porque ellas saben que son mujeres fuertes y poderosas y que merecían estar presentes, pero solo la mente y las manos eran lo que valía la pena explotar. Esas mujeres se desconectaron de su útero. Apagaron su intuición con pastillas anticonceptivas y mutilaron su cuerpo para seguir vigentes, jóvenes. Y nunca se han dejado caer, porque su capacidad de conectar con el amor, el dar, jamás se apagó. Siguen soportando, aún cuando su cuerpo a veces les dice a gritos que paren, que se escuchen. Algunas han escuchado este llamado y son cada día más libres de las ataduras de su cabeza, del deber ser. Nuestras madres, tías y abuelas son valientes. Son mujeres aguerridas, trabajadoras, conectadas con el masculino de una forma que nos permitió a nosotras poder estar aquí, ahora, conectándonos con nosotras. Explorando las recónditas e infinitas posibilidades de nuestra brujería interior. Entendiendo nuestros ciclos y emancipándonos de lo que nos castra desde la cabeza. Hoy las miro y las honro; honro hacia atrás la infinita fuerza con que las mujeres hemos tenido que sostener en la vida el pertenecer a un mundo de hombres, el validarnos desde códigos masculinos, y dejar de lado lo más hermoso que tenemos y que está gritando ‘escúchame’ en todas partes. Qué suerte tenemos de ser hijas, nietas, sobrinas de esas mujeres, porque gracias a ellas podemos estar escuchando a gritos el mensaje de la diosa. Gracias a todas las mujeres por su existencia, gracias por todo lo que han hecho por todas nosotras.

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¿Qué relevancia extra adquiere la conmemoración del 8M en el contexto del estallido social?

Desde hace unos años, el 8M ha perdido el trasfondo netamente conmemorativo y se ha transformado en un día de lucha y reflexión en torno a lo que significa la experiencia femenina en el país. La conformación de la huelga feminista, del encuentro plurinacional de mujeres y las actividades a lo largo del territorio han hecho más que conmemorar: mantienen activa la lucha feminista, dejando de lado prácticas machistas como entregar rosas o elogiar la belleza de las mujeres a por la visibilización de la opresión que vivimos todos los días en diferentes dimensiones de la experiencia.

¿A qué mujeres destacarías en su papel dentro del movimiento social y por qué?

Creo que todas las mujeres feministas estamos dando lo que podemos desde nuestro contexto. No sé si podría elegir a alguna en particular, porque creo que la opresión patriarcal es algo que nos afecta a todas de diferente forma. Sí vanaglorio a las mujeres que luchan en todo sentido en contra de estas misivas, desde sus casas, sus puestos de trabajo, sus redes sociales y su vida cotidiana.