Lo que faltaba, ahora hasta los milicos son traperos.
“La ley de la selva es el nombre dado popularmente al funcionamiento social en ausencia de toda ley, presuponiendo que se impondrá la tiranía de los más fuertes, en analogía al funcionamiento, real o supuesto, del mundo animal”, perdonen lo básico de la fuente, pero Wikipedia en este caso funciona bien.
La frase “se mandan solos” ha sido una constante las últimas semanas para referirse al actuar de Carabineros. Pero se sabe, tiene que ver con las Fuerzas Armadas en general y tiene “sentido” si pensamos que somos un país- desde una perspectiva histórica- que recién viene saliendo de una dictadura militar que además dejó una constitución amarrada con miles de nudos ciegos.
Entonces aunque indigna y asquea no sorprende, porque a estas alturas ¿qué sorprende? que se haya dado a conocer, gracias a una brillante investigación de The Clinic, que el ejército de Chile tiene entre sus filas a corruptos e inescrupulosos que, leelo bien, LE VENDEN ARMAS AL CRIMEN ORGANIZADO.
Es una herencia maldita. Lo hacía Pinochet también. No es algo que no haya pasado nunca. En un país que no ha entrado en conflicto bélico en más de 100 años, con excepción de cuando han entrado “en guerra” contra los mismos chilenos, qué mierda iban a hacer con tantas armas también.
A los vergonzosos Comando Jungla, multimillonario desfalco de Carabineros y policía paralela de Providencia ahora se puede sumar una nueva medalla de mierda en el uniforme de las fuerzas de orden chilenas: militares traficando armas.
Entonces más que “se mandan solos” pienso que es más acertado plantear que es la Ley de la Selva la que reina entrópicamente entre las instituciones que tienen el poder de pescarnos a todxs a balazos en este país.
Estamos en el horno, así se simple.
Monica Rincón, elegida recién “periodista del año” por los premios de UAI de periodismo televisivo, por supuesto que se despachó una editorial que consideramos clave para entender la magnitud de lo sucedido.
Aparte de reportear bien, pienso que el premio se debe también en gran medida a su capacidad de aterrizar los temas gigantes, contextualizar y explicarlos en un lenguaje claro, valiente y directo.
“Impresionante. Lo que revela la grabación del Comandante en Jefe del Ejército dada a conocer por The Clinic llama a lo menos la atención”, parte diciendo.
“Ricardo Martínez (Comandante en Jefe) pide cohesión, dice que hay que defender con dientes y muelas las pensiones alargando la carrera militar y, acertadamente, califica de inaceptable el homenaje a Krassnoff. Pero queda la duda de por qué dice tuvieron que obligar al director de la escuela militar a renunciar, si lo normal era pasarlo a retiro. Eso es lo menos grave del audio”, dice.
Te explico, porque gracias a los audios que consiguió el Clinic también nos enteramos que los milicos no están ni cerca de querer soltar sus desquiciados e injustos privilegios de jubilación. Y cuando dicen “uñas y dientes” puedes apostar que se refieren a armas.
Ahora viene lo tremendo. “Tenemos información de que hay oficiales y cuadro permanente que compra armas por la vía legal, que después las dan por perdidas, pero que lo que están haciendo es venderlas a grupos de narcos, de delincuentes”.
Eso es lo que dijo Martinez delante de 600 oficiales. Eso es lo que reveló The Clinic.
“Surge de inmediato la pregunta de si el Comandante en Jefe ha entregado todos los antecedentes que posee a la Justicia. Y si ya ha removido de sus cargos a los militares activos sospechosos de estos delitos. Ojalá que sí”, se pregunta Rincón.
Porque claro, si mintió primero, ¿por qué lo que venga después va ser cierto? Lo mismo que con el caso de los carabineros del Comando Jungla (que ahora es GOPE a secas): primero dicen que no grabaron el asesinato a Camilo Catrillanca porque salieron apurados y luego cuando se ven enfrentados a un testigo, salen con que la tarjeta de memoria de la cámara fue destruída porque el paco se grabó antes teniendo sexo con su pareja.
“Raya para la suma, Ricardo Martínez le debe una explicación a los chilenos”, así de fuerte, valiente y directo, cerró Queen Mónica.
En respuesta a esto, el emplazado militar declaró que fue “imprudente” en sus palabras.
Puedes mirar la editorial completa acá.