Desde que asumió como ministro de Educación Gerardo Varela (ex presidente de Soprole) quien derechamente no cree que el Estado deba velar por la dignidad de la educación pública, se bromeó con que venía con fecha de vencimiento. El chiste se ha alargado demasiado y ya se pudrió.

Mientras escribo esta nota, por su lado, un grupo de estudiantes representantes CONES (Coordinadora Nacional Estudiantes Secundarios) realiza un sarcástico bingo afuera del Ministerio de Educación. El primer premio del sorteo era la renuncia del ministro Varela a su cargo; el segundo el fin a la PSU y a la educación sexista; y el tercero, la condonación de las deudas del CAE.

La perfo, entusiasta, juvenil y atingente, es una respuesta bastante lógica, dentro de su línea teatro del absurdo, a lo atroz de los dichos del titular de Educación que declaró: “Todos los días recibo reclamos de gente que quiere que el Ministerio le arregle el techo de un colegio que tiene gotera o una sala de clases que tiene el piso malo y yo me pregunto, ¿Por qué no hacen un bingo? Son los riesgos del asistencialismo. La gente no se hace cargo de sus problemas, sino que quiere que el resto lo haga”.

Los dichos incendiaron la pradera entera. Desde el Gobierno lo defendieron diciendo que fue “un mal ejemplo”, Piñera por su lado dijo que se quedaba con el fondo y no la forma de sus dichos.

El tema es justamente lo grave del fondo de sus dichos y no lo palurdo de la forma.

En abril de este año, a días de realizarse la primera marcha estudiantil del año, conversamos con Rodrigo Rivera, vocero de la CONFECH y en esa oportunidad ya nos advertía de la ideología del recién asumido ministro de Educación, cuya primera cuña que llegó a los titulares fue “el tiempo de las marchas ya pasó”.

Entonces Rivera explicaba que Varela, que antes de ser ministro fue presidente de Soprole, “viene de una lógica de negocios donde lo que más importa es la ganancia y reducir los costos”.

En ese momento, entre broma y en serio, uno infería que, como ha sido la tónica de los ministros de Educación siempre, son los primeros en salir porque se enfrentan a actores sociales potentes que meten bulla, que salen a la calle, que tienen la energía y el ímpetu de la juventud para pelear por que se salde una deuda social histórica con la educación pública. “Tiene fecha de vencimiento”, se decía, como talla por el curriculum del mundo de los lácteos de Varela.

Pero no. Ahí está. Y aunque se rumorea que Varela sería el primero en salir de su cargo en un eventual cambio de gabinete, hasta hoy aparece blindado por el Ejecutivo y por Piñera personalmente, que reiteremos, no piensan que está mal lo que dijo Varela, sino el “como” lo dijo.

Esto, para cualquier persona con dos dedos de frente y un corazón latiendo adentro del pecho es un “insulto”, tal como lo dijo el diputado del Movimiento Autonomista, Gabriel Boric, que agregó: “Este fusible que es Gerardo Varela, que lo saquen o no, yo creo que el problema de fondo sigue presente. Sería interesante conocer cuál es el fondo al que se refiere el Presidente Piñera, porque la verdad el fondo de las propuestas de educación de este gobierno hemos conocido muy poco”.

Y razón tiene Boric, porque aparte de las burradas de Varela tipo “mis hijos son unos campeones” (porque les compraba condones), “son unas pequeñas humillaciones” (respecto a las demandas por una educación no sexista y los casos de abuso y acoso sexual dentro de las universidades), “el tiempo de las marchas ya pasó” (respecto al movimiento estudiantil) y ahora el “por qué no hacen un bingo”, realmente no se sabe mucho más del ministro. A su favor, todos sabemos que es una cartera pesadísima, quizá la más expuesta y con heridas más abiertas.

Ahora, para conocer el fondo de cómo piensa y cómo ve la educación el ministro Gerardo Varela con algunas frases extraídas de sus columnas de opinión en el sitio El Líbero y que le valieron serios cuestionamientos a la hora de ser nombrado.

1- “La solución para la educación no es la gratuidad ni la prohibición del lucro —y menos de la selección y el copago—, sino que el desafío es cómo seguir atrayendo inversiones, competencia y talento a un sector que la requiere con urgencia. Esto se logra con libertad para organizarse, libertad para financiarse y libertad para educar”.

2- “Este Gobierno ha restringido el derecho de los padres a elegir el colegio y a que paguen para mejorar la educación de sus hijos (ambos son derechos humanos básicos que tiene un padre de elegir e invertir en la educación de sus hijos); ha expulsado al ahorro privado de la educación pública, donde se requiere con urgencia”.

3- “Lo peor es lo que ha hecho este Gobierno: negar a la educación su naturaleza de bien económico, limitar la autonomía universitaria, impedir su correcto financiamiento, desincentivar competencia y regalar plata a los universitarios, que serán los privilegiados de la sociedad”.

Queda claro que, aunque lo del bingo lo puedan intentar tapar con que fue un exabrupto o una mala salida (aunque lo leyó de un discurso, no fue una cuña en falso), la realidad es que hoy, 24 de julio de 2018 tenemos en el ministerio de Educación a una persona que no cree que el Estado sea el encargado de garantizar que la educación pública sea digna y de calidad (para qué decir gratuita). Y la pregunta que cae de cajón es que si no es el Estado ¿quién puede hacerse cargo de esa tarea?

La otra pregunta es la que plantea el periodista Mauricio Weibel (autor del libro sobre el pacogate

Lee también el reporte de El Desconcierto sobre los 251 colegios de Chile denunciados ante la Superintendencia por infraestrutura deficiente.

Chilenes, estamos en el horno.