Es algo que en pleno 2018 no quisiéramos tener que repetir pero así estamos.

“Soy pinochetista y lo digo sin problemas”, manifestó la diputada Camila Flores. Que lo es, pinochetista, está más que claro. Lo que no está tan obvio es por qué recibe esa aclamación en una cita de Renovación Nacional”, así comienza la nueva editorial de Mónica Rincón en CNN Chile, que como era de esperar, se encargó de repasar y educar a la diputada RN Camila Flores.

Y lo cierto es que lo desconcertante no es que ella lo diga, porque lo ha dicho 100 veces. Lo fuerte es que haya recibido aplausos por decirlo. Entonces Mónica se pregunta:

“¿Es que de veras no valoran del todo los DDHH quienes así reaccionan, o no creen que haya que respetarlos en toda circunstancia o a los de signo político diferente?”

Porque claro, lo único cierto y lo único claro es lo que dijo Natalia Valdebenito al respecto. Ser pinochetista es odio, muerte, mafia. Sin medias tintas.

Soy una mujer valiente y le pido esa misma valentía a ustedes, insistió la diputada Flores. Pero la parlamentaria parece no querer asumir de veras el peso de sus dichos: que o no le importa que se hayan violado los DDHH de manera sistemática durante la dictadura o que le importa, pero le parece un daño menor frente a (como ella ha dicho antes) caer en una dictadura comunista”.

Y ahí es donde está el punto. Esa misma valentía que dice tener y que exige al resto, debería tenerla para decir justamente que los DDHH le importan una soberana raja.

“Seamos claros. No es compatible decirse pinochetista y a la vez afirmar que se defienden los DDHH. Así como no es coherente declararse castrista o madurista y arrogarse al mismo tiempo el cartel de defensor de la democracia”, acá en una dialéctica argumentativa Rincón se blinda de los que buscarán la teoría del empate. “Ah pero y en Cuba, y en Venezuela”.

Con ese párrafo los baja del poni inmediatamente. Y continúa:

“La dictadura la de Pinochet, la de Castro, la de Maduro, la de Xi Jinping, son contrarias a la democracia, de la dignidad de los ciudadanos. No hay legados divisibles cuando están manchados por la sangre de sus compatriotas. No hay mejora económica ni derecho social que justifique acallar opositores. No hay avance que pueda exhibirse con orgullo si el costo fue la vida o la libertad. Así es que, ¿es aceptable en una democracia como signo de supuesta tolerancia decir que no hay problema con tener aliados pinochetistas? No. No es aceptable, porque ellos relativizan el valor de la democracia y los DDHH y cada vez que eso pasa en la izquierda o la derecha, nos acerca en vez de alejarnos de la barbarie”.

Queen Mónica lo hace nuevamente, aunque esta vez solo había que aplicar sentido común.