Lo veíamos venir. La semana pasada los matinales se tentaron y empezaron a invitar a sujetos delirantes a sus paneles sin el más mínimo cuidado por la labor social que cumplen sobre todo en estos momentos. Lo escribimos en esta columna respecto del autodenominado Pastor Soto. Los canales de televisión al ser el medio de comunicación más masivo y que llega además a un público mucho más permeable, uno que generacionalmente piensa que “si lo dicen en televisión es verdad”, debiese tener un mínimo pudor a la hora de buscar audiencia.

Es bien tremendo lo que sucedió hoy día y lo digo con todo respeto pero me parece que hay una fuerte responsabilidad del canal y del programa en la clase de invitados que traen en momentos donde el mensaje debe ser inequívoco y claro: quedarse en la casa y escuchar a los científicos. Y ojalá- Dios mediante- los políticos de este país sean un canal de comunicación entre la ciencia y la gente y no salgan con este tipo de burradas que lo único que hace es que haya gente que piense que rezando o siendo buen creyente estará a salvo.

Lo que hace Iván Moreira en esta oportunidad en ese sentido es derechamente criminal y no solo delirante e irresponsable. No es gracioso en lo más mínimo y en cualquier país decente esto recibiría una sanción y ojalá una condena. No es aceptable. No se puede permitir que en nombre de la “libertad de expresión” o “libertad de culto” se propague este tipo de discursos que solamente hacen daño y en estos momentos más que daño pueden provocar muertes por montones

Punto aparte a lo que hace Amaro Gómez-Pablo cuyo escritorio merece una columna aparte, al darle pie y básicamente ponerle el discurso en bandeja al senador UDI (porque recordemos que esta persona que usted ve delirando en pantalla abierta es un Senador de la República).