Los medios informaron del deceso de una mujer de 28 años luego de manipular veneno de rana kambó en un ritual de sanación el fin de semana pasado.
La joven -cuya identidad se mantiene bajo reserva- fue trasladada de urgencia al Hospital de San Felipe en la región de Valparaíso donde falleció por causas relacionadas al envenenamiento.
“Hemos recibido el aviso del hospital San Camilo de San Felipe, a la unidad de Epidemiología de la Seremi de Salud, de la muerte de una paciente por intoxicación asociada al veneno de una rana que se llama Kambó”, aseguró el seremi de Salud de Valparaíso, Francisco Álvarez, en declaraciones que reproduce Radio Cooperativa.
La terapia alternativa en Chile ha ganado bastantes adeptos por su supuesta curación alternativa. Las personas se inyectan el veneno de una rana para “resetear” su cuerpo y sanar diferentes enfermedades.
¿Qué es la rana kambó?
Según su página oficial, se califica como “medicina que limpia y purifica el cuerpo, nivela y alinea los chakras, trabaja en tres campos: físico, mental – emocional y espiritual. Actúa en los cuerpos sutiles, la percepción en general, la intuición los sueños, la tercera visión el inconsciente los bloqueos que impiden el flujo de la energía vital”.
Kambô es el nombre que se le da a la secreción de una rana arborifera cuyo nombre científico es “Phyllomedusa bicolor”.
Se utiliza para poder liberarse del Panema (nombre que se le da a las cosas negativas, flojera, cansancio) y como una medicina poderosa en contra de la malaria, las picaduras de serpiente, fiebre amarilla y otras enfermedades epidémicas.
Sin embargo, científicos aseguran que ninguna de estas “propiedades curativas” son certeras
La joven de Valparaíso no es la primera víctima de un ritual como este. El año 2009, Daniel Lara Aguilar de 55 años, falleció por el veneno de la rana en la comuna de Pichidegua. Frente al desconocimiento de las autoridades ante el tema, su causa de muerte fue fichada como desconocida.
“Es sabido que el veneno de la Phyllomedusa tiene péptidos con una potente actividad agonista opioide, como las deltorfinas y las dermorfinas, por lo que la sensación de bienestar experimentada por los usuarios de kambó puede deberse a ellas”, dijo a BBC Mundo Leonardo de Azevedo Calderón, de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil, uno de los principales centros de investigación sobre salud pública del mundo.
La sensación de bienestar manifestada por los adeptos a este “tratamiento” se debe entonces a una reacción química/biológica momentánea.
En Brasil el problema es tal, que desde el año 2004 su práctica se encuentra prohibida y penalizada. En Chile, este tratamiento cuesta entre 10 y 30 mil pesos según las diferentes opciones de que ofrecen curanderos que proliferaron durante los últimos dos años.