Un estudio preliminar de la Fundación Abejas de Chile descubrió que además de la deforestación y la urbanización, una razón bastante particular puede matar a enjambres completos de ellas: las azaleas ¿Por qué son mortales? Aquí te lo explicamos.
El rododendro o azalea es llamado “el arbusto perfecto” por la belleza de sus flores, las que son ideales para decorar jardines y ramos. Sin embargo, esta bella planta esconde un oscuro secreto: en humanos puede causar intoxicaciones graves, y en animales e insectos tanto sus hojas como flores pueden matar a perros, gatos, e incluso a las abejas.
En un estudio liderado por la Fundación de Abejas de Chile analizaron el efecto de este arbusto en la mortalidad de las abejas, a partir de un fenómeno que se conoce como “la miel loca”. ¿Qué es esto? Este tipo de miel que es extraída de las azaleas, es conocida por causar graves intoxicaciones en humanos. De hecho, existen registros del uso de este producto en la guerra para envenenar adversarios tanto en la Antigua Grecia, como en el Imperio Romano.
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El fundador de la organización, Pablo Vial, comenzó a recopilar registros de abejorros muertos en las cercanías a estos arbustos, a lo largo de todo Chile. A través de estos antecedentes e informes de países como Argentina y México, los investigadores del proyecto que incluyen a la Doctora en Ciencia Agrónoma, Rocío Gambra, y el Doctor en Biología, Rodrigo Medel, descubrieron que las especies de abejas más afectadas por estas plantas, son las nativas.
“Las abejas introducidas (mielíferas) compiten con las nativas fuertemente por los recursos, especialmente por el néctar y el polen. Y generalmente, las desplazan cerca de los apiarios”, afirma Vial. Esta competencia entre especies puede tener un impacto serio en los ecosistemas, ya que ambas especies tienen responsabilidades distintas: Las de miel sólo saben producir este producto mientras que las nativas, explica Pablo Vial, suelen ser las polinizadoras por excelencia.
“Hay plantas que necesitan un zumbido que sólo emiten las nativas, una vibración específica que hace que desprenda el polen y así ser polinizada. En cambio una abeja de miel no sabe qué hacer. Estos procesos se requieren sobre todo para la agricultura”, explica el también apicultor. Es más, según los datos recopilados en el estudio, las abejas de especies introducidas tienen mayor tolerancia a la toxicidad de las azaleas.
Preliminarmente, la fundación ha determinado que 8 de las 460 especies nativas han sido afectadas directamente por este fenómeno. Sin embargo, aunque las abejas no nativas pueden soportar mejor las consecuencias de estas toxinas, eso no significa que sean inmunes. Esto podría traer serias consecuencias para los apicultores, sumado a los efectos que la baja polinización de las especies nacionales puede tener en la agricultura tanto local como a gran escala. Después de leer este artículo, ¿seguirás plantando rododendros o prefieres salvar a las abejitas?