En octubre del pasado 2017 te contábamos la verdad tras el gif viral de Sofía Vergara usando una máscara de Emma Watson: hombres de cualquier orientación sexual sintiendo la necesidad de enmascararse por placer o poder.
Existe toda una comunidad que vive en torno a esta identidad de “muñecas vivientes”, como suelen llamar al conglomerado que encierra este estilo de vida. Es un mundo underground de hombres, en su mayoría heterosexuales, que usan máscaras de silicona para transformarse a si mismos en las mujeres de sus fantasías. De hecho es muy fácil encontrar sus videos en YouTube cantando, caminando por las calles o simplemente vistiéndose.
Estas máscaras se amarran en la parte trasera de tu cabeza con cordones, se aprietan como un corsé (o corset en inglés), y se amarran, hay con cierres y también otras cubren desde la cintura a la cabeza por completa . Para el resto del cuerpo usan trajes de silicona que simulan senos, clítoris y labios mayores; también traseros.
¿Cómo llega alguien a esta cultura? ¿Cómo se logran identificar a través de una máscara? ¿Usar una máscara es un paso a la transexualidad? ¿Qué limitantes o amplitudes del género se entremezclan en estas situaciones?
T-Vyrus es la editora de HotGirlsMagazine, un e-zine dedicado por completo al masking o enmascaramiento. Aquí se escriben ensayos y se publican entrevistas a personas de todo el mundo, se comparten experiencias locales desde espacios urbanos y rurales de quienes viven y se piensan dentro de este contexto. Es, también, organizadora de encuentros internacionales de muñecas vivientes y administradora de DollsPride, una red social exclusiva para este estilo de vida.
El enmascaramiento, según T-Vyrus en conversación con POUSTA, es en esencia íntimo. Se descubre, se parte, se fabrica siempre desde el espacio personal que entrega muchas veces Internet.
En esta práctica se encuentra una “gratificación sexual”. Implica, al mismo tiempo, una expresión creativa y artística, y para algunos, mucho esfuerzo para lograr una gran presentación. Es por eso que muchas de las muñecas ya creadas no dudan en salir en público, asistir a convenciones, fotografiarse, escribir y mostrarse en espacios seguros con sus trajes.
Este tipo de identidad pone límites sobre qué es lo que está fuera de las normas de la vanguardia y la incomodidad que provocan estos rostros sin expresión, con pelucas, y sobre un cuerpo masculino que se difumina con la silicona .
“Una pistola cargada con balas en la guantera de una camioneta y una escopeta en el vestíbulo puede ser el comportamiento incorrecto para un hombre negro, pero no para uno blanco ¡o incluso para mí! El enmascaramiento se realiza principalmente en privado y sin ofender a nadie. Los enmascaradores no van a la puerta de un extraño tratando de vender biblias. Si alguien encuentra un enmascarador en un video chat y eligen mirar o interactuar con ellos, entonces no pueden culpar a nadie sino a sí mismos si se sienten incómodos al respecto. Bien pueden pensar que es un comportamiento malo y pecaminoso, pero esa es solo una opinión. El enmascaramiento es un comportamiento absolutamente ‘correcto’ para un hombre adulto torpe que tiene dificultades en las relaciones o la compañía de una mujer. Otra alternativa podría ser solicitar una prostituta. Ambos son comportamientos mucho mejores que acosar y violar a alguien”.
Usar estas máscaras le ofrece a T-Vyrus un escape de su “defecto de nacimiento” que hizo que hizo su cara torcida y de su voz “nasal y repulsiva”, en sus palabras.
La hace sentir artificialmente completa y hermosa, creativa y artística. “También soy de esas que se sienten cómodas asistiendo a eventos y apareciendo en público ya que hago el esfuerzo para que salga una buena presentación, y no estoy avergonzada de lo que hago”. Estos mismos eventos o reuniones masivas permiten presionar sus propios límites e intentar nuevas ideas de tratar sus máscaras para probar nuevos estilos.
“Nadie nace como una muñera, se llega a serlo. Puedo apuntar situaciones de mi infancia en las que desengranaron que eventualmente empezara a disfrazarme y enmascararme. Los sentidos táctiles fueron los primeros en activarse, y recuerdo haber tenido que usar un leotardo verde de niña en 3er grado para que me hicieran parecer una oruga. Disfruté vistiéndolos. Más tarde me gustaba colarme en la habitación de mi hermana cuando ella no estaba y probarme su ropa, especialmente cualquier cosa elástica y apretada como esas mallas. Esto me llevó a medias de nailon, pantimedias y llevar puestas medias de nailon sobre mi cabeza, todas experiencias muy sensuales”.
T tiene siete máscaras en total que compró a Nikki Dyer de Nikki’s Monster Shop, una escultora, maquilladora y su amiga que las crea en diferentes colores y modelos. Todas estas tienen un nombre diferente que reflejan al mismo tiempo una identidad diferente.
Existen categorías en que las enmascaradoras prefieren no entrar, como transexual, travestis o drag queens, o incluso crossdresser aunque para T enmascararse tiene mucho más que ver con este último.
“Si le sugieres a un transgénero femenino, travesti o drag queen que enmascararse tiene algo en común con lo que hacen ellas te cortarían la cabeza”, pueden apreciar la ropa, estar interesadas en las pelucas o en el estilo como concepto, pero nunca querrían “formar para de él”.
La idea de usar una máscara es completamente anónima y a la gente le gusta de esa manera, nunca se quitan el outfit porque les entrega una relación de poder, comodidad y belleza que buscan al usarlo.
No es esa la única razón por la que no desean quitarse las máscaras. Quitarse una y ser fotografiadas o expuestas puede dañar las relaciones con sus padres, madres, esposas, hijos, amigos, empleadores, entre otros.
Esta situación, sin embargo, no complica a T-Vyrus. “En mi opinión si no puedes serlo por completo entonces no deberías estar promoviéndolo. Todos saben que lo hago y tengo la intención de seguir haciéndolo para mostrar mi testimonio y las otras razones por las que hacemos esto más que la perversión. Podemos estar orgullosos de las presentaciones que creamos”.
DollsPride, es una plataforma que permite con completa seguridad a las muñecas interactuar entre ellas. Aquí no se permiten trans, cazadores u observadores. T es una especie de policía de Internet y prohíbe la entrada a aquellos curiosos que sienten deseo de mirar. También se censura duramente la pedofilia, la necrofilia y todo tipo de violencia.
“El feminismo es sobre mujeres buscando la igualdad de los géneros. Es cierto que ‘la imitación es la forma más sincera de halago’ por lo que entonces los enmascaradores femeninos que eligen imitar a mujeres poderosas e independientes quizá perpetúan el feminismo. Yo respeto y admiro más a las mujeres que a los hombres, apoyo la igualdad de sexos, razas y otros. Dicho eso, respeto a todos que quieran ser sexys y quieran divertirse también“.
Para T el género está dentro y fuera. Cubren sus cuerpos con un género en el que se sienten cómodas. Dentro en la identidad y también en la forma en que eliges expresarte y estas dos maneras no por qué para coincidir. “Yo no tengo ninguna ilusión de pasar desapercibida como mujer, y considero lo que hago como un fetiche trans. Estoy incursionando en representarme como mujer, pero al final del día me puedo lavar todo y volver atrás, a mi aburrido trabajo que paga las deudas”.
No es necesario ser gay, lesbiana, heterosexual, hombre, mujer, trans, intersex para usar máscaras. “Hay mujeres que usan máscaras de mujeres. Esto se trata de disfrutar representar la feminidad en apariencia y forma. Es una celebración de la feminidad no del feminismo”.
No es necesario ser gay, lesbiana, heterosexual, hombre, mujer, trans, intersex para usar máscaras.
Este estilo de vida distinto se realiza con completa intimidad, cuando comparten en público es entre ellas mismas, que termina explotando en sociedad a través del mismo medio pro el que muchas logran identificarse con las muñecas vivientes: Internet. Quizá tú también estés dentro de esta categoría y puedas experimentarla a tu ritmo. Aquí te dejamos la experiencia de una de las más famosas en el ambiente.