Jukedeck es una startup de Reino Unido donde trabajan con inteligencia artificial capaz de crear música. El 2015 ganaron la competencia TechChrunch Disrupt de Londres, perfilándose como una de las empresas más importantes en su categoría.
Jukedeck, creada por el compositor musical Newton Rex, cuenta con un equipo de 20 personas dedicado a enseñarle a un robot a “crear música”. Un tema complejo, ya que en gustos musicales no hay nada escrito, incluso para una creación con inteligencia artificial.
¿Crees poder reconocer cuando un tema fue compuesto por un robot o un humano?
El usuario de Sondcloud ANdrii Degeler se dedica a generar especies de cuestionarios musicales, en donde mezcla trozos de canciones compuestas por humanos y otras hechas por Jukedeck para testear que tan afinado está el oído. La respuesta para saber cuál es cual, la puedes encontrar haciendo click acá.
DarwinTunes es otro proyecto desarrollado por estudiantes e investigadores del Imperial College of London, la misma universidad que está desarrollando estudios sobre el DMT, y se dedican a seleccionar los trozos que les gustan de la música que mes a mes desarrollan con el algoritmo de DarwinTunes. Con ayuda humana, para reconocer que es lo “popular”, el equipo pretende que la IA evolucione aprendiendo qué ritmos y notas son de gustos masivos.
Todos los meses el equipo saca un compilado con la música creada por el robot y siendo justos, este no lo hace nada mal.
Esa es la ventaja de los robots que hacen música: no existe el bien o mal en la forma que esta se crea. La mayoría de las redes neurales, como las que se ocupan en Jukedeck, funcionan enseñando que es lo que está correcto y lo que no.
“Con la música, no hay una definición universal de lo que es la buena música. Los músicos que trabajan en Jukedeck se han dado la tarea de entrenar las habilidades del gusto y de la composición del algoritmo”, respondió Newton en una entrevista a The Next Web en 2016.
Y aunque no lo crean, Jukedeck funciona. En estos momentos están dedicados a vender canciones con licencias y copyrights que el algoritmo ha desarrollado, en los cuales lo precios van desde los 21 a 200 dólares.
Sony también tiene su propio robot compositor, que lleva por nombre“Flow Machines”. La tecnología apareció hace poco en la prensa gracias al lanzamiento de su primera canción: “Daddys Car”, una canción que inspirada en el estilo de los Beatles.
Y a pesar que los detractores dicen que esta música es un símil a la comida rápida, en algo tienen razón: es problable que en un par de años más nuestra publicidad, juegos y hasta las canciones de moda sean totalmente producto de un algoritmo.