“Naceré niña, haz lo que puedas para que ese no sea el mayor peligro de todos”

Hoy 19 de octubre, miles de personas en Chile y Argentina se juntarán a marchar por la violencia de género. En un día como éste se siente el poder de lucha y el cambio en el ambiente, avisándonos que estamos en vías de erradicar el machismo de un continente que fue fundado para celebrar al hombre y desplazar a la mujer.

“Naceré como niña, lo que significa que ya a los catorce me habrán dicho puta, perra y zorra. Querido papá, a ti no te preocupa, porque sabes que es en broma. Tú hiciste lo mismo cuando joven para impresionar a otros y probablemente no lo hiciste con mala intención.”

La crianza es clave cuando hablamos de evitar que cualquier otra persona tenga que pasar por situaciones abusivas y esto se hace particular cuando se toca el tema de la violencia en contra a la mujer.

“El hijo de tu amigo, que creció con estas bromas, se convirtió en mi problema.”

Los términos como “llorar/correr como niñita/manejar como mujer” los hemos escuchado siempre y con naturalidad, incluso algunas mujeres los repetimos de manera automática. Lo mismo pasa cuando bromeamos burdamente refiriéndonos sobre una mujer y por no querer ser calificadas de graves, lo aceptamos.

Pero esto se acaba hoy. Una persona que crece escuchando estas comparaciones y bromas, es el tipo de personas que se convierte en el terror de las mujeres en el futuro.

“¿Estoy exagerando?”

Y no, cuando digo que no quiero escuchar más frases como “lloró como una niña”; no estoy exagerando. No quiero que mi vocabulario siga teniendo esbozos de una sociedad machista retrógrada en la que, lamentablemente, me tocó crecer. Y menos quiero que los niños sigan escuchando estupideces como esas, que se marcan en el subconsciente irreversiblemente.

“Querido papá, este es el favor que te quiero pedir. Una cosa siempre lleva a la otra, así que deténlo antes de que tenga la oportunidad de empezar.”

Es nuestro trabajo erradicar el machismo y ayudar al resto que no lo comprende a que entre en su cabeza. Desde la crianza hasta los que ya están “educados”, todos podemos hacer el cambio: padres y futuros padres, ¡ustedes son los responsables de que el mundo esté como esté!

“Seré una niña, por favor haz todo lo que puedas para que eso no sea el mayor peligro de todos.”

Escribiendo esto le mando un mensaje a mi mamá, a mis cuatro tías y a una prima de 12 años para invitarlas a marchar para que no haya #NiUnaMenos.

A diferencia de lo que creí, todas me dijeron que sí.

 

Ilustración: @la.mala.racha

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