La descontrolada obsesión por las cirugías plásticas en Corea del Sur

¿Qué lleva a casi dos millones y medio de mujeres a operarse la nariz, los ojos y/o la mandíbula cada año en Corea del Sur? 

Anuncio de una clínica de cirugías estéticas en una estación de metro de Seúl


Corea del Sur es una potencia mundial, económica y culturalmente hablando. No solo debemos agradecerles la creación de los únicos celulares que pueden competir contra el iPhone y las marcas de autos favoritas de los chilenos, sino que también nos entregan una gran cantidad de grupos y cantantes, afanados por parecerse más a las potencias occidentales y que vienen persiguiendo desde la fragmentación de la nación en dos en 1945, además de mucho maquillaje de calidad y dramas televisivos que no tienen mucho que envidiarle a series de renombre.

Pero no todo es gratuito. Estos logros son reflejo de una sociedad obsesionada por la belleza y el éxito, en el que incluso estos conceptos se entremezclan: nadie puede triunfar si no es bello, y si eres bonito, es mucho más fácil llegar lejos.

En el país, las cirugías plásticas, los blanqueamientos de piel, el bajo peso y el maquillaje son tan importantes como un buen título universitario. Someterse a una cirugía plástica es visto como un inversión necesaria para progresar en un entorno laboral extremadamente competitivo. Actualmente, Corea del Sur tiene el índice per cápita más alto de cirugías plásticas del mundo: más del 30% de las mujeres entre 20 y 50 años se sometió a alguna cirugía estética el año pasado, algo más de dos millones y medio de surcoreanas, según la Asociación Internacional de Cirujanos Plásticos. Las intervenciones más solicitadas son el agrandamiento de ojos, el afilamiento de mentón, la inserción de tabique nasal y el aumento de pecho.

Pero, ¿por qué es tan importante la apariencia física en un país pionero en educación y desarrollo?

Sociólogos surcoreanos creen que que todo está en la herencia confuciana sobre la que se encuentran los cimientos culturales del país. Esta mentalidad afirma que es el entorno social el que marca las pautas del comportamiento y no el individuo por sí mismo. En Corea del Sur la definición de “uno mismo” viene impuesta desde fuera. Lo que importa, al final del día, son las percepciones del resto.

Anuncio de una clínica de cirugías estéticas en una estación de metro de Seúl


Por eso, elementos externos como el estilo, la belleza y el status son tan importantes.
La persona no cuenta tanto como individuo, sino como parte de un todo: una familia, una empresa, un círculo social. Es la antítesis del individuo independiente de un todo. Y la sociedad impone un solo modelo general de belleza y un modelo de éxito: estudiar en una universidad de prestigio y empezar a trabajar en una de las grandes empresas del país, como Samsung, Hyundai o LG. La presión por adaptarse a los cánones, a los engranajes de la familia y el trabajo es tan brutal que alimenta otra triste estadística en la que destaca Corea del Sur: su tasa de suicidios es una de las más altas del mundo y la más elevada entre los países de la OCDE.

K-pop: causa y efecto

La obsesión por la belleza no solo está ampliamente aceptada socialmente, sino que se ve estimulada por la gigante industria cultural del país. La presión mediática, con actores y cantantes hermosos, reafirma la creencia de que la belleza es una de las razones de éxito más importantes.

Girls Generation, Wonder Girls, 4 Minute y la gran mayoría de los grupos musicales del país, tanto femeninos como masculinos, han hecho pasar a sus miembros por el quirófano. Todos tienen caras pequeñas con mandíbulas puntiagudas, narices minúsculas, pómulos levantados y ojos muy abiertos. Es una gran industria la que mantiene este estándar de belleza, el cual solo es posible de concretar mediante cirugías. Todo en un grupo de K-pop, desde las letras hasta los cuerpos de sus miembros, está fríamente “fabricado” por sus managers.

Hyomin, del grupo T-ara, mostrando su cambio estético en televisión

 

El rostro pequeño y de ojos bien abiertos, con una expresión de roedor, no es lo único necesario para triunfar en Corea del Sur. Además, se debe ser extremadamente delgado y blanco como la porcelana. Lo primero no es extraño, considerando que en general ningún país de Asia Oriental tiene altos índices de sobrepeso. Pero, lo segundo si puede ser considerado como parte de una obsesión estética, ya que todas las cremas, bloqueadores solares y la gran mayoría del maquillaje que se vende en Corea del Sur tiene formulas que blanquean la piel.

Tiffany, del grupo Girls Generation, antes y después de las cirugías y el blanqueamiento de piel


Una de las teorías más aceptadas para entender esta obsesión por la piel blanca (en una zona donde el subtono amarillo es lo común) tiene que ver con la obsesión por el éxito de la sociedad coreana.
Mientras en Occidente existe una predilección por los bronceados, en Asia la tez oscura se relaciona con el trabajo en el campo y la pobreza, lo que lleva a cuatro de cada diez mujeres a usar blanqueadores de piel a diario, según un estudio de la consultora Synovate (BBC).

Nunca es suficiente

Las altas exigencias de triunfar en lo educativo y social convierten a Corea del Sur  en el segundo país con la más alta de suicidios en el mundo. Y es incluso más preocupante entre los jóvenes de 15 y 24 años, ya que la principal causa de muerte en este rango etario es el suicidio, según los datos de la Oficina de Estadísticas de Corea del Sur, lo que convierte al país en el número 1 en el ranking de suicidio adolescente del mundo.

Fotografías de Ji Yeo

El país ve la belleza física como una llave de éxito y felicidad, y las cirugías estéticas son solo una parte de una larga lista de exigencias para lograrlo. La normalización de este hábito por parte de la sociedad hace muy difícil para las jóvenes tener una buena autoestima o una autopercepción saludable. Es normal que los padres regalen cirugías estéticas a sus hijas cuando terminan el colegio, fomentando la idea de que deben cambiar su apariencia por y para el resto.

Fotografías de Ji Yeo

Y quizás lo de las operaciones no sería tan terrible de no ser porque ya está dentro de las mentes de las mujeres coreanas que nunca serán los suficientemente guapas, ya que tras una encuesta realizada por el periódico local Chosun Ilbo, el 80% de las mujeres que se somete a un procedimiento estético no se siente conforme con el resultado.

La desesperanza de nunca ser lo suficiente para el resto ya está metido en el ADN de la población surcoreana, y aunque organizaciones gubernamentales intenten por todos los medios revertir la alta tasa de suicidios en la nación, queda la sensación de que la sociedad solo se cuestiona una sola cosa: ¿Qué más nos falta por cambiar?

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