Fuimos a conversar con los vecinos del edificio donde este fin de semana fueron rescatados 15 perros que sobrevivían encerrados en un departamento abandonado por su dueño y nos contaron la atroz historia que se escondía tras los ya atroces hechos conocidos.
El 29 de septiembre se dio a conocer la noticia del rescate de 15 perros abandonados hace meses en un departamento de Marchant Pereira en la comuna de Providencia.
Luego de su mediático e impactante rescate por parte de personal de Aseo y Ornato de la municipalidad, investigamos las causas que llevaron a su abandono encontrándonos con una historia terrible.
C.E.C. vivió durante quince años en el complejo Parque Inés de Suarez, y si bien sus vecinos aseguran que la mayor parte de esos años fue “una persona reservada y quitada de bulla”, la situación llegó a un extremo insostenible cuando los aullidos y ladridos, el olor de las fecas y orinas generadas por la más de una decena de perros que tenía en su hogar llevaron a sus vecinos a un límite insostenible.
Incluso la mujer que arrendaba un departamento debajo del suyo, abandonó el lugar después de aguantar un año de encierro, suerte de “arresto domiciliario” causado por la invasión de moscas que entraban a su casa cada vez que abría la puerta o ventana.
Desde la administración, nos contaron que el tema no se trató con displicencia, pero que las denuncias hechas a la Municipalidad de la comuna y Carabineros quedaban en nada cuando se enteraban que Cartagena era propietario del departamento y que por Ley, no podían acceder ni siquiera a evaluar la situación sin su consentimiento, cosa que jamás obtuvieron.
Pero el problema no era solo eso.
Desde la administración nos contaron que desde antes, mucho antes que el dueño del inmueble abandonara el lugar y los animales, con rumbo desconocido hasta la fecha, los vecinos “se quejaban por los gemidos guturales de las mascotas durante la madrugada, producto de las vejaciones que les realizaba su dueño. Los perros nunca fueron sacados del departamento y el balcón estaba tapado con una sábana por lo que nadie sabía la cantidad de animales que había dentro ni la magnitud de los hechos a los que nos enfrentábamos como vecinos”.
Cartagena era propietario por sucesión –herencia- y tan solo debía pagar 4 UTM en concepto de gastos comunes. Cuando dejó de hacerlo –hace aproximadamente tres meses-, se le cortó la luz como forma de amonestación. Sin embargo, nuevamente se le informó a la Municipalidad de los problemas de salubridad generados por las mascotas, sin obtener una respuesta para llegar a una posible solución.
Recién y luego de que el auto de Cartagena apareciera abandonado en la Alameda y se interpusiera una denuncia por presunta desgracia, las autoridades pudieron ingresar al departamento. Tanto las entidades municipales como los mismos vecinos quedaron consternados ante la situación.
Más de una docena de perros se encontraban abandonados y desnutridos; muchos de ellos no consiguieron más alimento que el forraje de los muebles del living. Su estado deplorable denotaba el resultado de más de un año de denuncias sin ser tomadas en cuenta, pero lo que llamó la atención de la administración y los vecinos que se encontraban en el lugar al momento del rescate, fue la confirmación de un hecho que nunca creyeron posible, menos en un complejo de edificios tranquilo donde convive en su mayoría jubilados y estudiantes universitarios.
“Como administración estamos seguros de que nos encontramos frente a un caso de zoofilia por las lesiones genitales que pudimos ver en los perros al momento de ser rescatados. Los vecinos también pudieron escuchar conductas de calibre sexual que fueron informadas durante semanas antes de la desaparición de Cartagena”, agregó el personal del complejo.
Llamamos a la división de Protección Animal de la Municipalidad de Providencia –que maneja la información sobre el estado de salud de los animales luego de su paso por la Veterinaria de Puente Viejo en Lo Barnechea- y nos explicaron que si bien no se puede dar un catastro completo de las lesiones para no interferir con el informe que intenta ajusticiar a Cartagena bajo los estatutos de la Ley Cholito, sí nos confirman que los perros presentan lesiones atribuibles a agresiones sexuales por parte de su dueño.
La misma división municipal agregó que ningún perro se encuentra en riesgo vital o con algún tipo de infección que comprometa su salud o la de terceros. Actualmente, permanecen en cuarentena mientras se prepara su proceso de adopción correspondiente.
“Era una persona normal, que cambió drásticamente tras la muerte de su madre” afirma una persona del personal que fue vecino del aludido durante años.
“Algo en su cabeza lo llevó de tener un trabajo estable en una clínica de Las Condes, a la situación de abuso que perpetró durante meses hacia animales que nunca vieron la luz del día hasta su rescate”, agrega impactado.