El Presidente Piñera está vez cruzó la línea (amarilla).

foto: Marcelo Segura / Presidencia

Primero cuando leímos el surreal diálogo que habría sostenido el Presidente Sebastián Piñera con un conductor del metro, creímos que era un exageración.

Porque primero se supo que Piñera, muy fiel a su estilo en una visita al taller Neptuno, donde estaban mostrando al mundo los nuevos trenes que circularían en las líneas 2 y 5 del metro, cuando le estaban mostrando la cabina de conducción, miró un poco, sacó una apuradísima conclusión y probablemente sin pensarlo mucho va y despacha:

“El conductor hace bastante poco”.

Hasta ahí, solo hasta ahí, la desubicación es bastante evidente. Pero puede pasar por uno de sus clásicos “lapsus”. Y a decir verdad, es algo que no es taaaaaan raro de pensar. Es decir, si uno no entiende nada de nada puede creer que es solo acelerar y frenar. Dejémoslo que hasta ahí, podía ser una tontera muy chilena.

Pero no. Porque Piñera fue más allá.

Porque el conductor le respondió: “Hace bastante en realidad. Cuando está acá adentro tiene que manipular las puertas, el sentido de marcha, hablarle a los pasajeros, mantener el control”.

Y claro, es harto. Sumándole que de tanto en tanto un cristiano decide acabar con su vida delante de sus ojos. De tanto en tanto otros afiebrados les echan la culpa porque el metro va lleno y es caro. Además, trabajar bajo tierra como un topo sin ver lo que es nada de la luz del sol tampoco puede ser considerado algo que no es desgastante.

A eso súmale, sueldos impagos, problemas a la vista, pésimas condiciones laborales, ser una de las profesiones que más licencias por stress post-traumático requieren (por lo que te contaba de los suicidios que tienen que ver)

Y por último, hueón, nadie va al trabajo de otra persona a decirle en su cara que “hace bastante poco”. Ni en broma. Y menos un puto Presidente de la República en su sano juicio.

Porque a la respuesta, amable, educada, del conductor, el Presidente de la República de Chile, le vuelve a responder, obtuso en su error (o forma de ver la vida): “¿Eso para usted es mucho? para mí es poco. Es una estafa”.

UNA ESTAFA. EL PRESIDENTE DE CHILE LE DIJO A UN TRABAJADOR QUE SU LABOR ERA UNA ESTAFA.

Si crees que estamos inventando el diálogo, te lo dejamos acá abajo. Porque está bien que no nos creas. Nosotros tampoco lo creíamos.

Por supuesto que el Sindicato de trabajadores del Metro no se quedó callado y salió a responder y expresar  “su más profunda molestia”. Y es que no es para menos y es demasiado inexplicable cómo un Presidente no sea capaz de pasar una semana sin cometer una falta de respeto infinita. Porque ya basta de decirles “Piñericosas”. Porque justamente el “tomarse con humor” las fal-tas de res-pe-to de este ser humano fue lo que lo hizo salir nuevamente Presidente. Cuando capitalizó las “Piñericosas” e hizo su propio corpóreo.

Me desvié. Te contaba que la Federación de Sindicatos de Metro publicó una carta enviada al Gerente General de la empresa Metro S.A. manifestando su “profunda molestia” y que sus dichos constituían un “agravio al compromiso y profesionalismo” de sus trabajadores. Además, dijeron que era “lamentable” que nadie de los directivos o ejecutivos presentes le dijera algo al Presidente sino que al contrario se sumarán “al festín de los desafortunados dichos”.

Finalmente exigieron lo mínimo que alguien podría pedir, disculpas públicas.

A continuación puedes leer la carta completa.