Cuando éramos chicos, al menos en mi caso, conseguir ver algo de pornografía a mediados de los noventa era un verdadero desafío. Revistas añejas, fotos de ocho pixeles sacadas de un internet de la oficina del papá de alguien, o, en el peor de los casos, encontrar las películas que tu papá guardaba en VHS. Tres o cuatro películas daban vuelta por un colegio entero.
Siempre había una forma. Pero siempre involucraba un riesgo. Ahora el panorama cambió. Ahora hay una oferta de todo tipo de pornografía, y cuando digo de todo tipo es porque es DE TODO TIPO. Esto es como las universidades. Dicen que antes, en los ochenta, había muy pocas universidades y había que pelear por un cupo con miles de personas, pero cuando lo conseguías lo disfrutabas y te cambiaba la vida. Hoy hay miles de universidades y encontrar un cupo es muy fácil, pero el título poco y nada vale. Así pasa con el escenario de la pornografía hoy. Mucha oferta, tanto que uno se mimetiza con tanta cosa igual.
Y así fue como un día, a pensar que en ese momento ni siquiera estaba buscando pornografía, me encontré con un video que me marcó para siempre. La película muestra a una mina en pelota, sentada entre dos tipos con disfraz de pterodáctilo, el pájaro típico de los dinosaurios, con erecciones que no estoy seguro si son parte del disfraz o son los mismos tipos. En la segunda parte, aparece un tercer pterodáctilo, esta vez pequeño, como un títere. Una especie de relator de lo que está pasando.
Me imagino cuando llamaron a la mina y le ofrecieron la pega. “Bueno, es una porno. Y… bueno, incluye pterodáctilos, pero… no son pterodáctilos, estos se extinguieron, son tipos disfrazados de pterodáctilo, pero el pene es de ellos, aunque es parte del pterodáctilo… o sea tendrás que jugar con dos penes plásticos y uno abajo en la vagina, pero con tipos que estarán muy ocupados intentando parecer pterodáctilos. Así que esta es tu oportunidad al estrellato. A Hollywood. Te estarán esperando de Jurassic Park 4. ¿Te tinca?”
Y así la pobre mina se fue a su casa ese día, pensando que la rompería en su carrera, cuando en realidad le rompieron hasta el alma. Imagínate sus hijos, cuando pillen ese video.
Y ahora no puedo ver pornografía de la misma forma. No después de lo que vi con los pterodáctilos. El mundo es distinto. Voy a aprender a medir ofertas de trabajo, invitaciones a viajes, etc. Todo cambió en mi vida después de ver a esa pobre mina entre dos penes dinosaurios.