El 19 de septiembre de 1972 aterrizó la última tripulación en ir a la luna. Después de eso, el paso siguiente era bien claro: Marte. Lamentablemente el tema se desinfló cuando Estados Unidos ganó la guerra fría y tanto ellos como Rusia se dejaron de gastar tanta plata en explorar el espacio.
Pero ahora, con la nueva tecnología y el espectacular aterrizaje (que según la RAE se puede usar aterrizaje para otros planetas también aparte de la tierra, para no tener que estar poniéndole un nombre de llegada a cada planeta) del Curiosity han puesto el tema en boga. Mandar un humano a Marte. De hecho hasta se quieren hacer reality shows con el tema.
La película ET fue un hit el año ’82. Recolectó millones de millones de dólares a nivel mundial, nos enseñó a imaginar bicicletas voladoras y lanzó a la fama a Drew Barrimore. La película aún es un éxito en arriendos en DVD. Y, por supuesto, tiene su parodia pornográfica. Una película no es exitosa si no tiene su parodia porno. “El Sexorcista”, “Cuando Harry se comió a Sally”, “Enema del Estado”, “Apollo 13 pulgadas”, entre otros creativos nombres.
Volviendo al tema, el mayor desafío de mandar hombres a Marte es buscar voluntarios que quieran viajar sin volver. Y eso significa una sola cosa. Las únicas posibilidades de encontrar mina será entre las que la NASA mande en la nave. Dos, tres máximo. Si son malas o unas perras, o peor aún, si las invitaste a un café a las tres y en lo oscurito del cohete te hicieron tapa, cagaste te mandó saludos. Cagaste para siempre. El dicho “hay muchos peces en el mar” dejó de correr.
Entonces la pornografía normal dejó de tener sentido. Lo único que logra es deprimirte porque sabes que jamás podrás tocar a otra mina que no sea una de las tres maracas que un tipo en la NASA decidió por ti.
Entonces el astronauta necesita otro tipo de pornografía. Uno de expectativa. El va viajando a un nuevo planeta, donde no sabe que va a encontrar. Entonces hace clic en su laptop y ve a un hombre teniendo sexo con una ET. Y el astronauta se calienta extra porque sabe que, potencialmente, puede ser el primero en tener sexo interplanetario (aún no sabemos si hay marcianos o no). Y eso lo mantendrá vivo. Y llegará con toda la energía a colonizar Marte.
Y será feliz, a pesar de ir con tres maracas a otro planeta.
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