Muchas veces escuché a mi abuela decir que no durmiera boca arriba, porque me significaría una noche de pesadillas.
No pensé que tendrían relación alguna porque varias veces dormí en esa posición y la verdad es que mis sueños no fueron diferentes a los que siempre tengo, pero las últimas dos noches que me he despertado de una pesadilla, estaba durmiendo boca arriba.
Cuando lo analizaba pensaba que se trataba de supersticiones o esas clásicas creencias populares que inventaron hace siglos para meternos miedo con cosas absurdas, pero al parecer es por un tema físico según nos revelan dos estudios al respecto.
Mientras uno duerme la respiración se hace más profunda y lenta, lo que tiene como objetivo oxigenar el cerebro. Toda la energía de tu cuerpo se va en el procesamiento de la información neurológica y en consecuencia tu metabolismo es más lento.
Dormir boca arriba y con las manos en el pecho (esa es la postura más común al estar mirando el techo) hace que el oxígeno que se va a tu cerebro sea menos, y por eso este tiene que esforzarse más, con menos energías y los sueños suelen pasar de hermosos a caóticos y confusos.
Por el contrario, dormir en posición fetal es símbolo de protección, así que si quieres invocar una noche llena de unicornios corriendo por praderas rosadas con glitter, duerma de ladito.