A diferencia de otros casos exitosos que se dieron en hombres, en donde se aplicaron tratamientos con células madres, en este el equipo médico realizó un trasplante de sangre de cordón umbilical. La paciente fue dada de alta 17 días después de la operación.
Esta semana, una noticia en particular alertó a la comunidad médica internacional: un grupo de doctores estadounidenses anunció en un congreso en Denver, Colorado, que una mujer que tenía VIH presentó la desaparición completa del virus, luego de someterse a un trasplante de sangre de cordón umbilical.
Si bien, la remisión de la enfermedad ya había ocurrido dos veces anteriormente mediante tratamientos con células madre, en ambos casos, registrados en 2011 y 2019, los pacientes fueron hombres.
En el caso particular de la mujer, de la cual no revelaron su identidad, los doctores retiraron el tratamiento convencional 37 meses después de la replantación sanguínea, hasta que un año y medio después, detectaron que dejó de presentar rastros de VIH.
Asimismo, a diferencia de los otros dos casos, en donde los hombres recibieron un trasplante de médula ósea totalmente compatible con sus perfiles, ella recibió sangre de cordón umbilical que vino de una paciente con menos compatibilidad, además de una transfusión de células madre. Según explicó a El País la médico de la Universidad Cornell de Nueva York, Marshal Glesby, aquello reforzó su sistema inmune y redujo los riesgos durante la intervención.
A diferencia de los otros pacientes, quienes enfrentaron complicaciones después de los trasplantes, ella fue dada de alta solo 17 días después de la operación, por lo que su caso se convirtió en un tópico de estudio para la comunidad científica que analiza el comportamiento del virus.
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“Aquí se utilizaron células del cordón umbilical que se extraen después del nacimiento y se almacenan congeladas en biobancos”, detalló al mismo diario el director de la Unidad de Inmunopatología del sida del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, José Alcamí, “en los trasplantes de médula ósea, los donantes son adultos y por ello debe haber una compatibilidad total entre donante y receptor”.
En este sentido, agregó que “si a eso le sumamos la necesidad de tener la mutación en el gen CCR5, tenemos que la compatibilidad sucede solo en un caso entre seis millones. Con la sangre de cordón umbilical, en cambio, la compatibilidad puede ser menor, del 50%, lo que aumenta las posibilidades de encontrar un donante apto”.
Pero a pesar del éxito de la intervención, el doctor comentó que este procedimiento es difícil de ampliar a otros pacientes con VIH, debido a que este tipo de operaciones están reservadas para personas que sufren de tumores hematológicos, ya que “tenemos que recordar que la mortalidad asociada a este tipo de trasplantes es del 30%”.
“Este es un caso muy espectacular, pero puntual”, sentenció Alcamí.