Este estupefaciente ilegal, llamado brolamfetamina, es consumido usualmente a través de gomitas azucaradas, mientras que según voces expertas en la materia, podría generar desde crisis de pánico, convulsiones y alucinaciones hasta un paro cardíaco. Conoce sobre sus riesgos en este artículo.
Durante la jornada de este lunes, un equipo especial del OS7 de Carabineros de Chile, la fuerza policial del país, realizó un operativo para enfrentar una cadena de narcotráfico, instancia en la que hallaron un estupefaciente apodado como “la droga del miedo”.
Según informaciones reunidas por un artículo de 24 Horas, durante la incautación se encontraron 386.265 kilos de sustancias ilegales, lo que se traduce en una suma de más de $4.600 millones de pesos chilenos en elementos como el mencionado, además de LSD, MDMA, pasta base y ketamina, entre otros.
Te podría interesar: Consumo de sustancias y trastornos de salud mental: la ecuación de la violencia en jóvenes vulnerables
Pero, ¿por qué la mayoría de los titulares en medios de comunicación se están enfocando en la brolamfetamina, más conocida como la “droga del miedo”?
En conversación con el diario Las Últimas Noticias, la toxicóloga experta, Laura Börgel, explicó que se trata de “una variedad de la anfetamina alterada químicamente para prolongar y potenciar su efecto, que es muy similar a la cocaína”.
Asimismo, destacó que este estupefaciente ilegal “produce un aumento de la liberación de la adrenalina a nivel de las terminaciones nerviosas, inhibiendo la recaptación del neurotransmisor”, lo que generaría que los consumidores se alteren, “con un aumento de las percepciones”.
Respecto a las maneras de consumirla, el capitán representante del OS7, Pablo Ardiles, detalló que generalmente tiende a consumirse a través de “gomitas azucaradas”, las cuales son inyectadas previamente con brolamfetamina.
Por su parte, la toxicóloga detalló que “con este tipo de droga, las concentraciones de adrenalina y noradrenalina están fuera de las vacuolas que las contienen, por lo tanto, las respuestas del individuo son exacerbadas a estímulos como el trabajo”.
Y junto con ello, destacó que su efecto dura mínimo ocho horas y que podría generar crisis de pánico, mientras que si las dosis son mayores, “también puedes sufrir convulsiones, alucinaciones y hasta un paro cardíaco”, además de “alucinaciones visuales y auditivas”, y efectos secundarios como “un aumento de la presión arterial y un efecto anorexígeno”.
Si necesitas ayuda respecto al consumo, puedes contactarte con el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) a través del número 1412. Para más información, puedes visitar su sitio web haciendo click aquí.