El asesinato ocurrido en la casa ubicada en el 112 de Ocean Avenue en Nueva York es un caso icónico que por años ha sido asociado con el terror y lo paranormal, pero que, tras la publicación del autor estadounidense Ric Osuna, se revela como una situación que tiene que ver más con la violencia y la mafia más que los fantasmas. 

La madrugada del 13 de noviembre de 1974 todo cambió en la casa 112 de Ocean Avenue, Amityville. Ese día, según se especuló por décadas en un caso que se llevó a juicio, Ronald DeFeo de 23 años, más conocido como Butch, asesinó a sus padres y a todos sus hermanos con un arma de fuego.

Desde entonces existen hasta la fecha más de 30 películas de terror y documentales que están inspirados en este parricidio, argumentando que, en la sentencia final del caso dictada un año después de los hechos, consideró plausible el relato de que esa noche hubiese pasado algo paranormal. 

Este mito, que solo ha crecido con los años, estaba basado en muchas inconsistencias de los relatos del asesino y testigos, quienes daban a entender que no era posible que DeFeo hubiese actuado solo, por lo que se volcaron a las historias de terror para justificar los hechos. Algo que se acrecentó cuando la casa fue indagada por la pareja Ed y Lorraine Warren, un matrimonio que se dedicaba a investigar sucesos paranormales.

Nuevas pruebas

Ric Osuna, un escritor estadounidense, publicó mucho después su libro llamado “El Caso Amityville: Reinvestigando los asesinatos de la familia DeFeo”, una investigación mucho más exhaustiva de los hechos que estaba basada en la premisa de que las autoridades del caso habían actuado sin precisión en el afán de tener un culpable, sin tener precisión en los hechos.

Como los mismos archivos indican, existen muchas pruebas que apuntan a que el joven Butch no habría actuado por sí solo la noche del asesinato, incluso siendo el único condenado del caso (una cadena perpetua que terminó con su deceso el 21 de marzo de 2021). 

El relato de Osuna involucra a un amigo de DeFeo en el asesinato de sus padres, Ronald y Louise DeFeo, pero, más sorprendentemente, acusa a la hermana del asesino, Dawn, que en ese entonces tenía 18 años, de haber sido la verdadera culpable de la muerte del resto de sus hermanos.

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¿Cómo llega Osuna a estas conclusiones? El escritor hizo una tarea investigativa que consistía en consultar con muchos vecinos de la zona, quienes les confesaron que el padre de familia, asesinado esa noche, tenía un carácter terrible, muy explosivo, donde terminaba maltratando a su esposa e hijos. Esto habría ocasionado el odio que le tenía su hija Dawn y su hijo Butch.

Pero la prueba más alarmante es que, según su descubrimiento, la familia DeFeo estaba vinculada directamente con el crimen organizado y la mafia, todo esto por parte del abuelo materno, Michael Brigante, quien era socio del jefe mafioso Carlo Gambino.

Butch en su momento también declaró algo parecido a las autoridades, confesando que su familia tenía “un trato muy estrecho con la muerte, al tener que deshacerse frecuentemente de cadáveres por encargo de la mafia”.

La historia real, según él, ocurre cuando, esa noche del 12 de noviembre de 1974, comienza una pelea familiar donde el padre agrede a su esposa e hijos, y por primera vez, estos se hartan. Lo demás es inconcluso, pero se sabía que la mafia los tenía en la mira y además, el escritor apela a que las confesiones de Butch fueron dadas en su momento por presión y brutalidad policial.

Una historia que poco tiene que ver con fantasmas e historias de terror, y mucho más con actitudes humanas que, finalmente, acabaron en tragedia hace ya 48 años.