Ahora que ya logramos digerir bien y ✌️reflexionar✌️ en torno al trailer más reciente de Star Wars, llegan algunas ideas de qué es lo que podríamos ver en la próxima película de la saga.

Soy fanático de Star Wars. La última vez que fui a verla al cine estaba en clases el año 2005, y vi la venganza del Sith tres veces ese día, mañana, tarde y noche, en tres cines distintos.

Es una saga de películas increíble y estoy sumamente ansioso por ver “La fuerza despierta”, que sucede justo después que los Ewok se comieran a los Stormtroopers. Tiene sentido pensar esto, ya que se querían comer a Luke y Han, que se salvan de pura suerte, y al final vemos los cascos de stormtroopers colgando de palitos, entonces es difícil pensar otra cosa.

Pero no es la película perfecta, es una historia fantástica, entretenida, racista y machista a más no poder. En las primeras películas, del episodio IV al VI, vemos una historia de hombres, que tienen que rescatar a una princesa, que si bien lucha con ellos, siempre es la niñita que hay que cuidar, y es la única mujer protagonista. También hay que decir que son todos blancos, de hecho el único negro es Lando Calrissian, director de Cloud City que traiciona a sus amigos y se los entrega a Darth Vader.

Uno diría que veinte años después la cosa cambiaría y que las precuelas serían menos machistas o racistas. Pero no. Si bien se le da a Samuel L. Jackson el rol de desfigurar al emperador y dejándolo con su look clásico, tenemos otro tipo de racismo, con Jar Jar Binks burlándose de los caribeños, emulando su acento y dejándolos como unos incompetentes. Tanto así que hubo una disculpa formal de parte de Star Wars.

El machismo también se mantiene. Tenemos una reina pedófila, de quién sólo esperamos en las tres películas a que quede embarazada. El resto es puro flirteo con un niño para luego pasar al viejo juego del mete y saca ??.

El factor Disney

Disney hace mucho rato que viene desarrollando un discurso mucho más interesante en películas familiares. De hecho sus historias de amor más recientes como Tangled, Brave o Frozen dieron la bienvenida al siglo XXI a la productora a través guiones y tramas muchísimo más sofisticadas que las de antaño.

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Lo que se ha filtrado hasta ahora, ya nos permite entender un poco qué tipo de transformación veremos:

Por ejemplo, ya sabemos que el protagonista es afroamericano, y su escolta es una chica que claramente será badass, entonces ya hay un gran cambio positivo.

Al ser Disney, también esperamos que no haya romances pedófilos, o bikinis de metal para esclavas sexuales de un mafioso, ni brazos cortados con sangre en el suelo, como en el episodio IV en la cantina de Mos Eisley. Veremos una historia de JJ Abrams, creador de Lost, que ya se lució con el remake de Star Trek.  Eso si, si esta película es mala, JJ se va a pasar a llamar Jar Jar, eso es seguro.

Lo nuevo es la confirmación de un personaje gay, marcando una nueva línea en la serie, y sorprendiendo a miles de fanáticos que ven como una serie que partió tan racista y machista, empuja sus propios límites, que incluían todo lo que discriminó en su época. Felices estamos, aunque aún así, hay un miedo inherente en los fanáticos, y es que el film se convierta en un discurso político de minorías más que en la esencia de Star Wars: una aventura de acción, repleta de explosiones, personajes volando en naves y peleas de sables. Es tentador tratar de dejar a todos felices para reivindicar la historia, pero es complicado lograr que todos los ingredientes cuajen bien.

Este miedo no es gratuito, pues ya pasó con La Amenaza Fantasma, cuyo guión trató de justificar todo lo que pasaba en la IV, V, VI, con midiclorianos de la Fuerza, tratados y congresos aburridísimos que frenaban toda la historia. Por favor que esta vez no haya distracciones de la historia, queremos entretenernos, nada más.

Lo que si está muy claro, es que veremos muchos, muchos robots que se puedan convertir en juguetes, la gran entrada de dinero de Star Wars. Ya vimos los de BB-8, el robot redondo que viene a desafiar a R2 a un concurso de quién es el más tierno, y el dron del Millenium Falcon. Incluso parques temáticos ya están casi listos para sacarle hasta el último peso a la franquicia.

Esperemos que la película sea una obra maestra, por el bien de todos los fanáticos, o los gobiernos tendrán que lidiar con suicidios colectivos de nerds.