Todavía no logro comprender el miedo que existe en las marcas o medios a mostrar personas con diferentes tipos de cuerpos y tallas. La gente que trabaja ahí y los que hemos comprado en Zara somos indiscutiblemente diferentes

Decir que no me he comprado nada en Zara sería muy hipócrita de mi parte, porque la fast fashion lamentablemente conquista corazones y bolsillos, acercando los diseños de alta costura a una versión de baja calidad pero que el presupuesto aguanta.

Siempre he tenido un tema en particular con los pantalones de la tienda española que, quizás en su afán por la delgadez (solo hace falta ver esos maniquíes que tienen 35 centímetros de diámetro en las caderas), les ponen tallas que no corresponden a sus prendas. Soy talla 40-42 y más de una vez he encontrado pantalones talla 38 o 36 que me han entrado, básicamente una talla que no me habría quedado bien ni cuando nací.

Después de otras polémicas como haberle robado los diseños a pequeños diseñadores independientes, Zara ha ido por más. Hace unos días, lanzó una ofensiva campaña que disminuye el arduo trabajo de muchas personalidades que han luchado por el body positive, enviando el mensaje de amar sus curvas bajo dos lindas (pero no curvilíneas) modelos que miran sobre su hombro. Esto es lo que comunicaron en la foto:

Las redes sociales se han revolucionado respondiendo a la campaña con comentarios tales como: “Tienes que estar bromeando, Zara” o “Supongo que Zara está siendo irónico”, y es exactamente lo que pensamos muchos.

Todavía no logro comprender el miedo que existe en las marcas o medios a mostrar personas con diferentes tipos de cuerpos y tallas. La gente que trabaja ahí y los que hemos comprado en Zara somos indiscutiblemente diferentes, y, agrandar el público al que se llega en su publicidad no me parece ninguna locura.

Me pregunto qué habrá estado pensando el publicista cuando se le ocurrió esta idea y me sorprende que haya otro superior que lo haya aprobado. Que hayan marcas internacionales, reconocidas y muy importantes que envíen este tipo de mensaje hace ver que todavía falta mucho camino por recorrer a la hora de promover el positivismo y amor propio en esos niveles.

Pudiendo hacer cambios a grandes escalas, es egoísta y enfermo de parte de Zara no tomar las herramientas que tiene para buscar caminos alternativos e innovadores en la moda. Queremos ver cosas diferentes, caras diferentes y cuerpos diferentes, y de ustedes, Señores Zara, esperábamos eso y un poco más.