La semana pasada un haitiano estaba trabajando en un servicentro de una estación de combustible. Un chileno entró a comprar un hotdog y en el área de autoservicio no encontró palta, muy molesto por esto tomó su comida y se la lanzó al inmigrante gritando ¡Muy poca palta!

¿De dónde nace la esta superioridad nacional ante el inmigrante? Aquí dos expertas te cuentan cómo funciona la identidad nacional, el racismo y el patriotismo en la sociedad moderna en la que vivimos.

Los chilenos han demostrado tener el racismo a flor de piel cada vez que se les escucha opinar sobre inmigrantes. ¿Por qué? ¿Con qué disfrazan el racismo?

Durante el año pasado Joane Florvil fue arrestada y luego golpeada por la policía chilena. Murió en la la Posta Central por un crimen que no cometió. La comunidad de haitianos acusó discriminación mientras que desde la fiscalía lo negaron.


Iris Hernández es Doctora en Estudios Latinoamericanos, profesora del magíster de Género e Intervención social en modalidad de diplomados en la Universidad Central, esta modalidad es única en este lado del continente. Además es activista lesbofeminista, antirracista, decolonial, cuyo trabajo teórico/político profundiza en el análisis del racismo en los movimientos feministas y LTGB.

Su Opazo es socióloga feminista, ha incursionado en la comedia desde su perspectiva académica, dotando a esta disciplina de un discurso reflexivo.

La conversación se tornó interesante al analizar los conceptos ya mencionados. Aquí va.


Nación, identidad nacional, nacionalismo, patriotismo, sociedad moderna y modernidad

Estos son conceptos ineludiblemente conectados.

Basta pensar en la instalación de las repúblicas liberales en la región de LAC. Producto de un proceso independentista, consolidan una idea de Estado/Nación que levanta un proyecto de igualdad y libertad a costas del genocidio, explotación de las comunidades indígenas y negras. El Estado/Nación construye coactivamente la inferiorización de estas comunidades, pues para que su proyecto igualitario se ejecute, se necesita que estas comunidades ocupen el lugar en que su violencia opresiva les ubicó.

Si bien desde los movimientos sociales, la identidad fue un estado de alerta que con base en un conjunto de características comunes iluminó las diferencias y privilegios de algunos respecto de otros, avivando hasta hoy luchas de resistencia.

Es una noción excluyente. Porque se vincula en muchos casos, no en todos, a una crítica de la Modernidad que no la cuestiona, que no la crítica, modificando realidades tan solo en función de consecuencias y/o de acomodos a los costos sociales que ésta genera.


La identidad no existe como algo fijo escencial, es cultural, lógicamente en Chile no existe una identidad nacional. Al construir los estado-naciones se toman ciertos arquetipos de como podrían ser en cada contexto los típicos personajes nacionales de cada país. En Chile, sería el “roto chileno”.

El roto chileno se parecía más a un mal entretenido o a un tipo como el “chacal de nahueltoro”, pero se limpia y blanquea y se le asignan características que queremos que representen los valores de cada patria.

Entonces se dice que el huaso chileno es pícaro, entretenido. Pícaro porque no se le puede decir que es un violador, sino que es coqueto.


La modernidad es una narrativa moderna, es decir, un ideal del norte (estadounidense y todo lo que esto representa), o eurocéntrico en tiempo de conquista, cuyo carácter imperialista se impuso en los territorios no europeos.

Este carácter impone una matriz de poder capitalista, eurocentrada, de clasificación de humanos y no humanos. Allí una de las características del pensamiento que caracteriza a la modernidad para que esto haya ocurrido es su análisis desagregado, el evolucionismo y el dualismo, “lo binario”.

Si vemos esto, en los movimientos sociales nos encontramos con luchas que poseen más o menor importancia, que son más o menos legitimadas, cuestión que es en gran medida, porque el estado/nación moderno que resguarda la subjetividad del poder de la modernidad, construirá espacios a aquellas identidades que son afines con su proyecto.

De allí, que cualquier lucha que perpetúe esta realidad no está criticando los términos de la modernidad, por el contrario, se somete a ellos preservando diferencias construidas en la colonia, cuyos argumentos sostuvieron el desarrollo de la primera modernidad.


50% de los chilenos cree que los inmigrantes no deberían tener los mismos derechos

Estas son figuras que se construyen desde el poder para intereses territoriales y económicos muy claros que constituyen al estado-nación. No existe una identidad chilena o una esencia, es una ficción que pretende cohesionar un territorio en un cuerpo nacional en contra de otro. Entonces en Chile están en contra de Perú, Bolivia, y otros países porque esta identidad les dice que son mejores.

Sin embargo, una persona de Arica no tiene mucho que ver con otra de Santiago, y se podría decir que si culturalmente se analiza una persona de Arica se asemeja mucho más a otra de Perú o Bolivia.

La cultura de una persona de Antofagasta, su forma de ser, de pensar y actuar con una de Chiloé. Un Mapuche de Chile o Argentina se asemejan más entre ellos, que con un chileno.


La identidad nacional es una noción excluyente, fundamentalmente porque marcará negativamente a toda persona que no cumple con los parámetros que valora y que constituyen a la nación.

Las identidades que no son afines con los imaginarios que la sostienen, son consideradas “irrazonables”, noción fundamental para el desarrollo del liberalismo y sus límites, y que está en la base de la producción de sujetos ignorantes, retrasadas, folclóricas y/o pintorescos, asidos a la tradición que se concibe como un pasado del cual hay que escapar.


La identidad es una construcción que siempre está sirviendo al interés de alguien, no existe. No existe la identidad nacional, son ficciones. Lo que sí existe es una cultura móvil y múltiple, existen otras identidades que nunca son estáticas y que dependen mucho más de la localidad. Están en movimiento constante y no tienen nada que ver con los intereses de una patria o Estado.


¿Quiénes son estas personas y grupos hoy? Las personas racializadas, las mismas que ayer. Por lo mismo, se persiste en su sometimiento, pues quienes son superiores, tienen la responsabilidad de salvarles.

La identidad nacional, entonces, deja a la vista todo lo que la modernidad valora: una sociedad organizada en torno a la razón, a la lógica productivista capitalista, a la clasificación binaria y oculta de manera coactiva todo aquello que no le sirve: comunidades asidas a otros tipos de saberes, inferiorizados por su carácter religioso, popular, mágico.

Desde esta perspectiva existe un patriotismo, un amor a la nación que conforma imaginarios altamente racistas, pero imbricado con eso, también sexistas, clasistas, machistas, porque no es que sólo se aluda al pater en la noción de patriotismo, es la densidad de la historia en torno a por qué llegó a ser así.

40% de los chilenos piensan que los inmigrantes les quitan empleos

Por ejemplo el menor salario para los cuerpos femeninos racializados, por el mismo trabajo que realizan los cuerpos femeninos blancos, surge en los centros capitalistas coloniales desde de una clasificación social de la población del mundo, dirigida a producir esas diferencias, cuestión que mencioné someramente.

Esta diferencia es colonial, pues recoge y reactualiza que todas las formas de trabajo no pagado en la conquista, serían para indios y esclavos y el pagado para las personas blancas.

Existe con un colonialismo que se extiende hasta hoy, porque la nación y todos esos conceptos asociados generaron una nueva perspectiva temporal de la historia que en tiempo de conquista reubicó a los pueblos colonizados, y a sus respectivas, historias y culturas, en el pasado de una trayectoria cuyo horizonte de llegada era Europa.

El Estado-nación resguarda un poder, que sigue construyendo este carácter etnocéntrico de la sociedad “moderna”. Este, naturaliza que todos los pueblos, personas que fueron objeto de colonización ¡y que hoy lo siguen siendo! -piensa en la precarización, violencia de las comunidades indígenas en toda Abya Yala- sean ubicados en una trayectoria que sólo debe culminar cuando alcance los criterios de modernidad/modernización que propone él mismo, y que para los casos de las naciones latinoamericanas se conecta sin duda con una ideología opresora.