Este domingo 23 de agosto habrán pasado poco más de 9 meses del estallido social, Colectiva ¿Qué hacer? prepara un re-encuentro.

por Paulina Flores

Al gobierno de Sebastián Piñera no le bastó con sacar a los militares, reprimir con lacrimógenas, balines a la cara y torturas. Además, y en menos de dos meses, detuvo a la misma cantidad de personas que coreó en los shows de Bad Bunny en el Movistar arena, o, si nos ponemos dosmileros, a la mitad de la pista atlética que Radiohead llenó en el 2008.

El asunto es serio: actualmente miles de esos detenidos se encuentran a la espera de juicios, y además de arriesgar penas de hasta 24 años de cárcel, cientos de ellxs permanecen -aún en pandemia- bajo prisión preventiva.

Si hacemos la comparación con los conciertos, es para llamar tu atención y que sigas leyendo sobre una de las consecuencias más invisibilizadas de la represión estatal durante el estallido: la prisión política.

 

A raíz de la huelga de hambre de los presxs políticxs mapuche y las movilizaciones en solidaridad que se dieron en la región, el reciente ministro del Interior, Víctor Pérez, afirmó que en Chile no existían dichos presos políticos: “Aquí las personas que están privadas de libertad lo están por las resoluciones de los tribunales de justicia, no del gobierno”, fue lo que dijo.

Pero, ¿son precisamente los tribunales de justicia chilena un ejemplo de rectitud y equidad?.

La corrupción en las papeleras, farmacias y un largo etcétera… o la lucha que han tenido que llevar grupos feministas para que se haga justicia en los casos de Antonia Barra, Anna Cook y Nicole Saavedra, hablan por sí mismos.

Por un lado, el sistema de judicial no funciona para todes de la misma forma. Por el otro, las leyes que lo sustentan tampoco son abiertas e imparciales. Esa parece ser la razón por la cual nombramiento del juez Mera a la Corte Suprema generó tantos debates en el congreso.

Por poner otro ejemplo: ¿Podrías decir qué es la Ley de Seguridad Interior del Estado o cómo funciona?, ¿te suena un señor que se llama Carlos Ibáñez del Campo y la Ley Maldita?, ¿sabías que durante la dictadura, las facultades de esta ley se ampliaron para reprimir y que en los noventas fue utilizada casi exclusivamente contra dirigentes mapuche?

Nosotres tampoco lo sabíamos, pero la Ley de Seguridad Interior del Estado se creó en 1958 y busca castigar con cárcel efectiva a quienes “inciten o induzcan a la subversión del orden público o a la revuelta”.

Puede ser aplicada en situaciones que en el cotidiano no revisten el carácter de delito, por ejemplo, un paro de trabajadores fiscales o cortar una calle y convierte faltas menores o conductas impunes en delitos de mucha gravedad.

Fue la LSE, junto con la Ley de Armas, las que se aplicaron a los presxs del estallido. Expertos penalistas coinciden en sus fines políticos, ya que buscaría criminalizar la disidencia y amedrentar a la sociedad civil.

Pasar por la cárcel -es decir: vivir encerrado y en hacinamiento sin casi nada que hacer durante horas, días, semanas y años- no sólo tiene un impacto físico y mental en las personas. También genera discriminación y acorta las oportunidades laborales y económicas.

Cuando exigimos libertad a los presxs de la revuelta, no estamos hablando de gente que haya torturado, violado o mutilado, no estamos hablando de ojos perdidos. Se trata de daños casi exclusivamente contra la propiedad (los que resulten ciertos en investigaciones policiales por lo bajo dudosas).

Si una de las principales demandas del estallido del 18 de octubre era acabar con la desigualdad social.

¿Cómo es que va a terminar generando miles de personas privadas de libertad y su consecuente marginación?

 

El Re-encuentro por la liberación será transmitido por facebook live este domingo 23 a las 20:00 horas.

El programa incluye la conversación entre la abogada María Rivera y los directores Ignacio Agüero y Camila José Donoso. También se prepara un diálogo con voceras de la OFAPP (organización de familiares y amigos de presos políticos) moderado por la cineasta Carmen Castillo.

Resulta importante conocer su experiencia, ya que como la mayoría de los presos son hombres, esta lucha por la libertad -y como suele ocurrir en Chile-, es una lucha de mujeres, y están solas.

Para no terminar tan enrabiades, habrá presentaciones en vivo de Camila Moreno, Ana Tijoux, MCmillaray y Dani Millaleo. Las lecturas estarán a cargo de Diamela Eltit y Nona Fernández.

 

Actualmente, la mayoría de lxs presxs de la revuelta están en el proceso de preparación de sus juicios orales. A todxs ellos, se suman también los presxs políticxs mapuche, cuya postergación histórica lxs ha obligado a iniciar una nueva huelga de hambre desde Mayo.

El futuro no se ve muy auspicioso, pero ahora que todos conocemos medianamente de cerca lo que es el encierro, ¿cómo vamos a quedarnos de brazos cruzados?

De nosotros depende llamar la atención y que volvamos a reencontrarnos todes en Plaza Dignidad.

Inspiradxs por Violeta Parra y Raúl Ruiz, colectiva ¿Qué hacer? (@quehacer_colectiva) somos:

Ignacio Agüero, Macarena Aguiló, Natalia Cabrera, Camila Jose Donoso, Paulina Flores, María Paz González, Claudia Huaiquimilla, Anibal Jofre, Cristóbal León, Melisa Miranda, Mayra Morán, Carolina Moscoso, Juan Eduardo Murillo, Ignacio Pavez, Daniela Prado, Roberto Riveros, Carlos Yevenes.

Esperamos ser más.

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