Muchas sorprendentes obras de arte literario han sido impresas en máquinas de escribir durante tiempos pasados, pero esta nueva propuesta lleva a una vieja máquina más allá de las palabras y las transforma en pinturas coloridas.
Tyree Callahan ha reciclado una clásica máquina de escribir Underwood de 1937 mediante la sustitución de las letras por esponjas empapadas con todo el espectro de los colores vivos, amarillos, rojos, azules y todas sus combinaciones.
Instalada en Seattle, la artista escribe sobre los colores de su ciudad:
“Estoy constantemente sorprendida por el juego de luz que se crea a través de nuestro aire húmedo y el variado paisaje del noroeste del Pacífico.
Me gusta especialmente la luz de la mañana y luz de la tarde, sobre todo en los días húmedos, cuando la atmósfera se está maquillando con los matices de la noche.
Vivimos en un entorno que puede producir tanto paisajes vivos como sombríos, a menudo ambos dentro de una hora.”
Hay algo satisfactorio en los sonidos clic-clac de una máquina de escribir tradicional, que traduce los movimientos mecánicos de los dedos en resultados fisicos en la página que se encuentra en frente, pero imagina hacer esó con colores vivos en lugar de blanco y negro.
Escribir tu propia historia, un poema o incluso un pensamiento y luego verlo transformado en una obra de arte. ¡Suena increible!