Un reciente estudio dirigido por la Universidad de Washington presentó que las personas que padecieron el virus son más proclives a enfrentar síntomas de trastornos depresivos y de ansiedad. Asimismo, los científicos notaron una mayor posibilidad de aumentar el consumo de medicamentos, alcohol y drogas ilegales.

Este fin de semana, la publicación científica British Medical Journal compartió un estudio en el que informaron que las personas que se han recuperado de las distintas variantes de Covid-19 tienen una probabilidad 60% mayor a desarrollar problemas de salud mental en relación a las no contagiadas.

Para este análisis, utilizaron una base de datos que incluyó a 154.000 pacientes que dieron positivo y compararon sus casos con los de 11 millones que no han contraído el virus.

Según el artículo dirigido por la Universidad de Washington, Estados Unidos, desde las semanas posteriores al punto cúlmine de la enfermedad, la población analizada presentó 35% más síntomas de ansiedad en relación a quienes no enfrentaron un contagio, mientras que cerca de un 40% se vio más proclive a padecer depresión y trastornos relacionados al estrés. A tales cifras se le suman un aumento de 55% en el uso de antidepresivos y un 65% en el uso de medicamentos para disminuir la ansiedad.

Junto con ello, presentaron un 41% más de vulnerabilidad a adquirir trastornos del sueño, un 46% más a mantener pensamientos suicidas y un 80% más a tener signos de niebla mental. De la misma manera, vieron un aumento de 20% en las posibilidades de caer en el consumo de alcohol y drogas ilegales.

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Si bien, el líder de la investigación, Ziyad Al-Aly, manifestó que hasta el momento desconocen los motivos exactos de esta relación, su equipo tiene la hipótesis preliminar de que el Covid-19 pueda “penetrar el cerebro y perturbar las vías celulares y neuronales”, lo cual explicaría los resultados de su estudio.

Asimismo, el científico estimó que es posible que desde el inicio de la pandemia, los casos de pacientes con trastornos de este tipo hayan aumentado en más de 14.8 millones a nivel global, mientras que de esa cifra, 2.8 millones se habrían dado solo en Estados Unidos.

“Tenemos que reconocer esta realidad y abordar las condiciones ahora, antes de que se conviertan en una crisis de salud mental mucho mayor”, sentenció Al-Aly al citado medio.