Desde el MDMA creado en el 1912 hasta el día de hoy con la marihuana sintética y basuras como el Krokodil, en los laboratorios están experimentando con las ganas de alterarse el cerebro.

Al contrario de la creencia popular, hay un puñado de drogas químicas que han estado en la historia humana desde mucho antes que irrumpieran en las calles, pero con la ayuda de la contracultura, el cine, el arte y la música es que se ha masificado el consumo y el conocimiento de ellas.

La verdad es que existen tres drogas que no son nada nuevo: el MDMA, o más conocido como Éxtasis, nació bajo el alero de una de las farmacéuticas más grandes del mundo, Merck, por el químico alemán Anton Köllick en 1912. Sintetizado en 1931 por Richard Manske, el DMT fue un experimento químico ligado al descubrimiento de la mezcalina en el siglo XIX y fue recién relacionado al mundo botánico cuando se aisló de la Mimosa Hostilis, una planta alucinógena, y el LSD fue hecho por primera vez por Albert Hoffman, en 1938, desde la ergotamina, la forma química del hongo ergot, y sus propiedades psicodélicas fueron descubiertas años después, en 1947.

La situación actual, en cambio, es muy diferente. La revolución de las drogas de diseño o drogas sintéticas, sustancias que han sido diseñadas para imitar farmacológicamente los efectos de otra drogas en las que están basadas para evadir la clasificación de ilegal o para evitar ser detectadas, ha ido tomando fuerza con los años, en una combinación de esfuerzos entre los entusiastas de las drogas y el mercado negro.

nbome

Uno de los casos clave es la sintetización en 1974 de la familia de drogas 2C, derivados de la feniletilamina, de efectos psicoativos y estimulantes. Alexander Shulgin, quien descubrió la familia, la utilizó con fines terapéuticos, al igual que el MDMA que el mismo ayudó a popularizar y que irónicamente se transformó en un reemplazo del último cuando el M fue baneado por el gobierno estadounidense en 1985. El 2C corrió la misma suerte que su pariente, declarada ilegal en 1994, pero esto no ha detenido la creación de muchas más drogas bajo la misma familia que todavía no tiene el suficiente estudio de sus efectos y peligros. Hoy, los usuarios de drogas se han encontrado con los alucinógenos NBOMe, droga que imita los efectos del ácido pero que tomada en la dosis incorrecta puede ser automáticamente mortal.

crystalmeth

Más antigua que las principales drogas de diseño, pero con una reputación que la precede, se encuentra la metanfetamina. Popularizada por la serie de culto Breaking Bad, en donde un profesor de química es diagnosticado de cáncer y no encuentra nada mejor que vender crystal meth para asegurar a su familia con dinero, mostró un lado no glamoroso de la droga. Descubierta en 1893 por el químico japonés Nagai Nagayoshi, quién la sintetizo desde la efedrina, un fármaco para la presión, llegó a ser parte de la cultura popular de las drogas al ser usada en la IIª Guerra Mundial como estimulante de los soldados en batalla. Hoy, la metanfetamina también ha llegado a ser parte del mundo del sexo, como los “party and play” o chemsex, en donde los participantes son parte de juegos sexuales de alto riesgo bajo la influencia de la droga.

Otros casos de drogas de diseño que han irrumpido con fuerza en la cultura popular son el DOM, cuyo nombre de calle es STP o “Serenity, Tranquility and Peace”, el DOx, DOB (todos sintetizados por Shulgin), Bromo-DragonFLY, entre otros. Es cosa de meterse a algún foro de internet o, si quieres ir más lejos, revisar algún catálogo en la deep web con cientos y cientos de variedades de drogas. Preguntarle a tu dealer también sirve.

Qué es la marihuana sintética, el krokodil o flakka

En el tema no ha habido avance más grande en lo sintético que con respecto a la cannabis. Lo cannabinoides sintéticos, conocidos comúnmente como Spice o K2 por el nombre de las marcas que los comercializan, comenzaron a hacerse conocidos en la década primera década del siglo XXI y han ido ganando mala fama al conocerse por los medios más casos de adictos, decomisos, y efectos secundarios nocivos. Un reporte del 2012 de la Administración de Abuso de Ssutancias y Salud Mental de Estados Unidos mostró que el 2010 se atendieron a 11.406 personas en las salas de emergencia del país por uso de cannabinoides sintéticos y un año después la misma cifra había aumentado a casi tres veces más.

Yendo un poco más allá, en la otra vereda, están las drogas sintéticas que se han ganado la peor de las famas por sus efectos extremos. Conocido es el caso de la Desomorfina, o más famosa como Krokodil, que desató el interés del mundo cuando la crisis de la heroína en Rusia (y que luego llegó inevitablemente a Estados Unidos) ya estaba desatada. Los primeros reportes de la droga, altamente adictiva y que tiene como efecto secundario el deterioro progresivo de la piel de los usuarios y dejarlos con “piel de cocodrilo”, se dieron en 2003 en Siberia, ya que su elaboración, en contraste con la compra directa de heroína, es mucho más barata. Se ha estimado que 100 mil personas en Rusia la han consumido y otras 20 mil en Ucrania.

El 2016, además de ser recordado como el año de las elecciones macabras y sorpresivas, fue el año en que la Flakka vio la luz en los medios. Austin Harrouf, un chico de 19 años de la fraternidad de la Universidad del Estado de Florida, fue acusado de matar a una pareja e intentar comer la cara a una persona de 59 años. Automáticamente se pensó que el hombre habría estado bajo los efectos de la Flakka, una droga sintética de la familia de los catinonas sintéticas. Las famosas “sales de baño” simulan los efectos de la cocaína y la metanfetamina, y básicamente tienen el poder de transformar a una persona en un monstruo.