Valentina Figueroa, una de las tres mujeres agredidas con arma blanca, redactó un comunicado público contando la agresión recibida. “Los carabineros que estaban a pocos metros, se fueron sin prestar ayuda ni detener la situación”, denuncia.

foto: Valentina Cárdenas

 

Por Valentina Figueroa Marchant

Mi nombre es Valentina Figueroa Marchant, tengo 24 años, soy estudiante de derecho y feminista. El miércoles decidí, con dos amigos, ir a apoyar la marcha por el aborto libre, como usualmente lo hacemos en apoyo a los movimientos que buscan dar una mejora al país y dignidad a las mujeres.

Íbamos caminando por la Alameda a la altura de Av. Brasil, donde se encontraba el escenario, cuando de pronto cerca de 50 encapuchados comenzaron a hacer barricadas, a lo cual much@s compañer@s se opusieron porque la marcha era pacífica, lo que generó que los encapuchados reaccionaron violentamente sobre los que estaban en contra de la situación y de los que simplemente estaban ahí. Éstos encapuchados comenzaron a golpear indiscriminadamente y sin provocación alguna; en ese instante una encapuchada se dirige a golpear a una compañera que simplemente les manifestó que no quemaran neumáticos, todo esto siendo visto por carabineros, los que se encontraban a pocos metros y no hicieron absolutamente nada ante lo que estaba sucediendo.

Cuando esta chica fue golpeada uno de mis amigos trató de ayudarla quitándole de encima a la encapuchada, y fue en ese momento que se acercaron unos 20 encapuchados a golpearnos de una forma muy violenta, la cual no entendíamos, ya que nunca hubo una provocación ni una razón para que estos golpearan así a tantas personas que se encontraba en el lugar, por lo que reaccionamos solo a irnos rápido.

Al caminar comencé a sentir un ardor en mi pierna derecha y al tocarla noté mis manos empapadas en sangre, fue ahí que mi amigo corrió a una ambulancia cercana en la cual me trasladaron a la Posta Central, ya que esa sangre se debía a 3 puñaladas, 2 en mi pierna y una en la cadera. Estas puñaladas fueron ocasionadas por un cobarde encapuchado atacándome por la espalda.

En estos momentos aún me encuentro en shock y muy débil por la cantidad de sangre que perdí en el ataque, imposibilitada de caminar, fuertísimos e incesantes dolores, y con mucha tristeza por lo ocurrido.

Mi amigo se encuentra muy herido, con hematomas en todo su cuerpo, y una posible fractura de mandíbula.

Por eso decidí no hablar directamente con la prensa ni aparecer en pantalla, pero sí encontré necesario aclarar lo ocurrido para que estos actos se detengan y no queden impunes.

Escribo este comunicado para que quede claro que no fueron las compañeras de la marcha las que iniciaron y armaron todo este alboroto, y que carabineros estando a pocos metros no impidió la golpiza de ninguno de los presentes, por el contrario, decidieron irse del lugar sin prestar ayuda ni detener la situación.

Sé que es un acto terrorista de un grupo minoritario, el cual quiere que estemos con miedo, no luchemos por nuestros derechos, quieren ensuciar el movimiento diciendo que todo fue en medio de una riña, lo cual no es cierto, ya que fue un ataque directo a los que fuimos a participar de forma pacífica de esta manifestación. ​

Una vez más nos quieren reprimir y callar, pero no lo conseguirán, porque lucharemos siempre por nuestros derechos.

Agradezco a la coordinadora de la marcha, Macarena Castañeda, que desde el primer momento estuvo preocupada y dispuesta a ayudarme, estando presente y acompañando a todas las que resultamos heridas gratuitamente al fin de la manifestación y otras mujeres que llegaron a la Posta Central a ofrecernos cualquier tipo de ayuda.

Lamentando estos hechos, solo puedo decirle a las compañeras y compañeros que sigamos luchando por nuestros derechos, que no tengan miedo y que sigamos fronteando contra el estado patriarcal y fascista.