Lina Diaz, joven colombiana de 21 años, fue forzada a bajar de un taxi en Renca mientras se dirigía de urgencia a un hospital en pleno trabajo de parto.
El viernes te contamos el conmocionador caso de una joven que fue obligada a bajarse del taxi en el que iba junto a su pareja cuando se dirigían raudos a un centro asistencial pues la mujer, de nacionalidad colombiana, estaba a punto de dar a luz.
El suceso ocurrió en Renca y apareció en todos los medios, que publicaron que el recién nacido había nacido y muerto en plena calle.
En horas de la tarde sin embargo, la PDI aseguraba que el bebé llevaba al menos dos semanas muerto al interior del vientre de su madre, lo que en ningún caso hacía menos brutal el accionar del taxista.
Ahora el dramático caso tiene un nuevo capítulo, porque el fin de semana la joven, identificada como Lina Garcia, de 21 años, contó al diario La Cuarta cómo sucedieron los fatídicos hechos: “Me empecé a sentir mal y dije que mi bebito no estaba bien. Salimos a la calle y cogimos un taxi, y lo único que rogábamos todos era que por favor me llevara al hospital. Pero él empezó a gritar ‘saquen eso de aquí, saquen eso de aquí’. El hombre se dio la vuelta y se puso al frente de nosotros a limpiar el auto, que estaba con sangre”.
“Yo vi nacer a mi bebé. Lo tuve en ese taxi. Pero el señor insistía en que nos bajáramos. Cuando vi que nació, sentí tanto amor. Pero cuando mi pareja me dijo que ya no estaba respirando sentí un dolor tan grande. Un vacío que nunca podré sanar. Era mi bebito. Yo lo tuve ahí entre mis brazos cuando nació”, dijo entre lagrimas.
“Yo estoy en shock. No puedo creer cómo puede haber gente tan mala. Sin corazón. Estábamos a cinco minutos de haberle salvado la vida a mi pequeño. Es un dolor tan grande. Un tremendo vacío”.
Lina aseguró que apenas sea dada de alta del hospital saldrá “a reclamar a mi bebé al Servicio Médico Legal. Y lo velaremos en una sede de Renca. Después de eso, no descansaré hasta encontrar al taxista. Y hacerlo pagar por lo que hizo, aunque eso no me devolverá a mi bebito”.
La joven migrante dijo que en estos duros momentos “solo estoy apoyada por la familia de mi pareja. Mi familia no está aquí, qué daría por abrazarlos, y despertar y que todo esto solo sea una pesadilla. Despertar y tener a mi bebito entre mis brazos, es un dolor tan grande. Lo que me pasó no se lo deseo ni a mi peor enemiga”.