Una reflexión sobre el estremecedor caso del suicidio de la joven de 16 años alumna del colegio Nido de Águilas que fue investigado y publicado por The Clinic.
La tarde de ayer The Clinic publicó un reportaje titulado “El tormento de Katherine Winter: Amigos y compañeros relatan sus últimos meses”.
En la investigación, realizada por el periodista Nicolás Alonso, se cuenta a través de, tal como lo indica el título del trabajo, sus amigos y también su familia, cómo fueron los últimos meses de vida de la joven Katherine Winter, cuya historia impactó a todo el país luego de que se quitara la vida con tan solo 16 años tras ser víctima de un insoportable ciberbullying.
El reportaje ha causado un tremendo revuelo y ha sido ampliamente comentado en redes sociales, oficinas y probablemente pasillos de colegios y universidades. La desgarradora historia todavía permanece fresca en la memoria y además devela una realidad inquietante y desconocida: el cruel submundo de las redes sociales en el que están, más que conectados, enredadas y hundidas, las nuevas generaciones.
Entre todas las personas que lo han leído el comentario es el mismo- junto con por supuesto empatizar y sentir pena por el dolor de su familia y amigos, y el de ella, rabia por sus agresores- la reflexión es de un intenso temor y confusión respecto a donde mierda van a ir a parar las nuevas generaciones.
Unas que de tan hiperconectadas terminan completamente alienadas. Con una disociación total entre la vida real y la digital. Una completa falta de entendimiento de que lo tecleado puede doler igual que una cuchilla.
Porque la de Katherine es una historia de alienación, de sentimientos tan desgarradores que impiden seguir viviendo.
Es una historia profundamente personal, de soledad. Pero también es una historia social, una que habla de la educación en Chile (incluso aunque sea una de un colegio de la élite), que narra sobre la violencia con la que nos relacionamos diariamente, una que palpita por debajo de capas de un aparente desarrollo económico y material pero que cada vez más seguido explota de las formas más salvajes y espantosas.
El reportaje de The Clinic, lo que le pasó a Kathy habla también del menosprecio, los estigmas, el desconocimiento y el tabú en el que está enclaustrada la salud mental en Chile y que nos tienen sumidos en una pandemia de depresión y suicidios, liderando tristes records a nivel mundial incluso. Es sin dudas, un problema transversal entre clases sociales y edades.
También ahí está, lo puedes leer en el reportaje, la brutal forma en la que tratan los alumnos del colegio a sus compañeras, la gélida manera que tuvieron de reaccionar las autoridades del Nido de Águilas para con los padres de Kathy. Un trato que ellos mismos calificaron “que sería esperable de un banco, no de un colegio”. Porque la misma violencia con la que la élite azota al resto parece actuar también sobre si misma, como una culebra comiéndose la cola.
Un país explotando e implotando en violencia por todos lados. La burbuja reventó. Y el olor que sale es fétido.
Puedes leer el reportaje de The Clinic acá.
Foto portada: The Clinic Online.