Algunos dicen que es un acierto que Rihanna se interesara en venir a nuestro país en el peak de su carrera. Aún así, es imposible no comparar su concierto con otros importantes, como el de The Cure, quienes al debutar en Chile en 2013, realizaron un nostálgico y extenso show de tres horas.
Rihanna no estuvo más de 80 minutos en el escenario.
La tan esperada Riri se demoró alrededor de 30 minutos en aparecer sobre el escenario y su show duró un poco más de una hora, demos la gracias, por que en Rock in Rio se subió a cantar con un atraso de 2 horas.
Uno de los puntos buenos fue el show de Big Sean (el ex-novio de Ariana Grande) quién prendió (y de buena manera) durante 40 minutos a todo el estadio nacional.
Luego del show de Big Sean, las horas pasaban y todos nos preguntábamos lo mismo. ¿Y cuándo viene Rihanna? ¿Por qué se demorará tanto?, ¿Se estará haciendo las uñas todavía? :nail_care: , ¿Estará fumando la bless? :smoking: (ya que de atrás del escenario salía una curiosa humadera). Cansada de comer maní confitado sentada en la escalera (porque estaban todos los asientos ocupados) y de escuchar a los vendedores ambulantes llegó el momento tan esperado. Riri se dignó a salir al escenario provocando la euforia de la gente (me incluyo).
No puedo negar que disfruté bailando con Only girl in the World y S&M o emocionarme con Diamonds o Stay. Pero mientras estaba bailando y disfrutando esas canciones que tanto me gustan no pasaba un rato cuando comenzaba otra, como una “mezcla” rara que no me dejó disfrutarlas de principio a fin.
PERO la verdad es que todas esperabamos un show más a la altura de una artista de nivel internacional. Rihanna apareció sobre un escenario distinto al que la productora del recital había anunciado inicialmente: una estructura con forma de lengua que terminaría en una pasarela a todo lo ancho del estadio, que su equipo decidió cancelar a última hora por “seguridad”.
Vestida con un abrigo de hombre de la última colección de HBA del diseñador Shayne Oliver. El vestido claramente le gustaba por que no se lo sacó durante todo el concierto, uno espera que una “diva del pop” se diera la molestia de cambiar por lo menos una vez su outfit, entre medio de la presentación. Pero bueno es Riri y le podemos perdonar eso.
El pick de la noche llego con las canciones de Umbrella y Diamons, donde tuvó a todo el Estadio Nacional iluminado con pantallas de smartphones.
Todo terminó con su último gran hit Bitch Better Have My Money, donde dejó al público prendidísimo con ganas de más. Pero no fue así, luego de los fuegos artificiales, el breve espectáculo llegó a su fin dejando a los más 50 mil espectadores con “gusto a poco” … pucha “Riri” esperaba más de tí.
Las fotografías son cortesia de: Matias Ugarte y Socialgram
Los Snapchat son de: @estoesmax
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